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ESPffilTUALIDAD DE LA M. ANGELES SORAZU 275 les con este consejo que reconoceria por suyo Santa Teresa: "Dichosa el alma que por este medio, tan fácil como seguro, t•a,n sublime como sencillo, trillar do, divinisimo y lleno de encantos, camina a ,la ver– dadera santidad y perfecta unión con Dios, en Jet;U– cristo y por Jesucristo" (111). Muchas han sido las alabanzas que ha merecido el catecismo, del que ha dicho el gran pedagogo ale-. -mán o. Willmann: "no se le aprecia por demasiado popular, pero hubiera sido la emoción más grande de su yida si hubiera caído en manos de Sócrates, de Platón o Aristóteles". La Iglesia ha hecho obje– to de prescripciones canónicas la predicación: y ex– posición del precioso ,librito. Con todo, no estábamos habituados a oir que el. Catecismo deba ser el man– jar fuerte de las almas que caminan por el oscuro sendero de las noches místicas. Pues bien; es ésta la actitud sltJ,gular de A. Sorazu que buscó en la doc– trina del Catecismo la luzi y la¡ fuerza, necooaria para seguir en ,pos de Cristo. De ruq,ui tSU insistencia en recomendar tan cálida,.. .mente el camino del catecismo.· "Parra que vealmen~ te, escribe, la Segunda Persona de la beatísima Tri– nidad se establezca en nosotras, ruego y suplico a1 las almas piadosas que caminan a la · perfección, procu– ren estudiar la doctrina cristiana, meditar los miste• rios, observa•r con perfección los preceptos y practl– ~a:r las virtudes que contiene, y por este medio ad– herirse firmemente a Jesucristo" (12). (11) Idem..., p. 61. (12) Idem..., p. 64.