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144 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA.-E. Rivera de Ventosa Demos de mano a los nombres de Hieroteo y san Dionisio: el segundo supuesto discípulo de san Pablo; el primero, locutor lite– rario a quien se dirige san Dionisio. Este tema de crítica histórica no nos interesa de momento. Baste señalar que las obras atribuidas a san Dionisio están impregnadas de neo-platonismo, si bien fray Juan de los Angeles no tome conciencia de ello. Mayor motivo para dar por inconcusa toda su enseñanza mística, pues lo considera siem– pre discípulo de san Pablo y transmisor de su doctrina. Si analizamos ahora el texto acotado de fray Juan de los Ange– les advertimos que todo él se halla atravesado por estos dos prin– cipios metafísicos, que la escolástica y, especialmente, san Buenaven– tura, formuló asumiéndolos de los neo-platónicos: bonum est dif– fusivum sui, divinus amor est quidam cyclus aeternus ex optimo, per optimum et in optimum 13 • La belleza de esta página acotada de fray Juan de los Angeles rezuma de estos dos principios metafísicos ese hálito de entusiasta dinamicidad que nos da la impresión de que el cosmos vive en perenne fecundidad creadora bajo la acción divina. En su Manual de vida perfecta, la obra preferida del gran mís– tico, parece sentirse todavía de un modo más realista la acción di– vina, bullente de gracia y de bondad. He aquí lo que escribe en la misma: 'A mí se me representa algunas veces que es Dios como la tierra, que está siempre brotando de sí todas las cosas, hierbas árboles, plantas y una infinidad de creaturas que cada hora y por instantes salen a luz. Y hállome como ro– deado de esta bondad divina preñada de infinitos bienes, y que como el agua con el fuego hierve y bulle y no para; así Dios nos está vivificando y sus– tentando y calentando a todos en derredor' 14 . Como ríos y avenidas del piélago de la bondad divina contempla el alma extasiada del mística franciscano toda la creación entera. Ante estos textos tan exquisitamente delicados de la mejor mís– tica cristiana que, por otra parte, tienen como trasfondo metafísico los más fundamentales principios del neoplatonismo, surge de modo ineludible el que nos preguntemos cómo concilia nuestro místico su concepción cristiana de la liberalidad divina como esencialmente libre y al mismo tiempo personalista con el dinamismo cósmico, de clara tendencia panteísta, inherente a la metafísica neo-platónica. A esta observación, que afecta a la presencia de la metafísica neo-platónica, en fray Juan de los Angeles, respondemos en el sen– tido en que lo hemos hecho con san Buenaventura. Fray Juan de los Angeles, lo mismo que su querido doctor seráfico, no hace pro- 13 Los editores de Opera omnia S. Bonaventurae (Quaracchi) afirman en t. V, p. 60, n. 7, que el principio: Bonum est diffusivum sui lo formularon los escolásticos sobre las obras del Pseudo-Dionisio, De divinis nominibus, cap. IV, 1 y De caelesti hierarchia, cap. IV, l. Divinus amor est quida cyclus... lo enuncia san Buenaventura en I Sent. d. 45, a. 2, q. 1; Op. o. (Quaracchi) t. I, p. 290 b. 14 Manual de vida perfecta. Diálogo II, § III, t. I, p. 181.

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