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142 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA.-E. Rivera de Ventosa Ante este uso del neoplatonismo por los doctores cristianos pu– diera parecer que el bautizo de este sistema pagano ha sido total. Y si nos atenemos a la obvia lectura de n uestros doctores parece que hay que afirmarlo. San Buenaventura, al encararse con Aristó– teles por rechazar la existencia de las ideas en Dios, escribe: 'Pero sea cual fuere el sentir de Aristóteles, otros filósofos iluminados en– señaron la doctrina de las ideas ; los cuales fueron adoradores de un Dios, quienes pusieron en un Dios óptimo todos los bienes y las virtudes ejemplares ... como lo puso el nobilísimo Plotino, de la secta de Platón.. .' 7 • Estas palabras, que suenan a canonización filosófica, muestran cuán hondo caló la mentalidad platónica en el gran doc– tor franciscano. Ahora bien, si san Buenaventura se declara plató– nico en su doctrina de las ideas, más lo es aún en la metafísica del bien. Basta leer el capítulo VI del Itinerarium mentís in Deum para tomar conciencia de cómo el platonismo penetra en la forma men– tal de la teología de san Buenaventura hasta hacer que la medita– ción de éste sobre las 'razones necesarias' del misterio trinitario se halle fundada en la idea de bien 8 • ¿No hay que poner algún reparo a esta saturación de platonis– mo? ¿No está dando san Buenaventura motivo para que se hable de una cierta paganía de la teología católica por haberse alejado del mensaje bíblico? Reconocemos en este momento que la objeción de A. Nygren contra la teologa católica no carece de fundamento. Pero ante ella es necesario recordar que el espíritu asimilador de los gran– des escolásticos les impedía subrayar las discrepancias con la filo– sofía griega cuando no eran manifiestas. Su tendencia era la de no hacer problema de estas discrepancias mientras ellas no surgieran de modo ineludible. Carecían, sin duda, del sentido histórico de las ideas, que hoy tenemos tan vivo. Pero el que san Buenaventura no haya querido hacer cuestión de sus discrepancias con el platonismo, no quiere decir que éstas no existieran. M. Blondel ha hecho notar en nuestros días de un modo clarividente que la metafísica del bien, formulada por el platonismo, pone en peligro el concepto cristiano de creación 9 • De esta visión histórica blondeliana podemos partir para subrayar que el gran círculo neo-platónico de ida y retorno de las cosas ado– lece de graves insuficiencias -por no decir errores- que los pen– sadores critsianos más o menos conscientemente subsanaron. Estas insuficiencias las reducimos sumariamente a dos: el no ver la acción difusiva de la benevolencia divina como esencialmente libre y la carencia de toda comunión personal entre los seres. 7 O. cit., VII, n. 3 (edic. B. A. C., t. III, p. 320). s Remitimos al estudio profundo sobre este tema teológico : A. Villalmonte, <El argumento de "razones necesarias" en san Buenaventura', en Estudios Franciscanos 53 (1952) 5-44. 9 M. Blondel, La philosophie et !'esprit chrétien 1 (Paris 1950) 44.
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