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PLATONISMO Y CRISTIANISMO EN LA CONCEPCION... 149 cas. Y no ve en ello incongruencia alguna 21 • Por el contrario, el teólogo luterano A. Nygren piensa que tiene lugar aquí una paga– nización del genuino pensamiento cristiano, precisamente en la cum– bre de la mejor vivencia de este pensar que es la vida mística. Dada la seriedad de la investigación de este teólogo ha tenido que hallar para su juicio negativo algún fundamento serio que le ha servido de apoyo. Es la consistencia o inconsistencia de este fundamento lo que desearíamos poner en claro a la luz de las enseñanzas místicas de fray Juan de los Angeles. Este evoca continuamente la primera de las fundamentales ins– tancias del platonismo, al regustar con íntimo gozo esa bondad in– deficiente y esa belleza increada hacia la que ascienden las almas mejores. Lo que sucede es que ya aquí mismo tiene lugar una co– rrección sustantiva al discurso laudatorio, pronunciado por la sacer– dotisa Diótima. Consiste esta corrección sustantiva en personalizar dicha belleza en el esposo místico del Cantar de los cantares, a quien contempla, con el salmista, como un gigante, bello y glorioso, que se dispone a recorrer su camino. Desde las primeras líneas de su comentario al Cantar de los can– tares pone en labios de la Iglesia la primera frase del poema idílico: 'Reciba yo un ósculo santo de su boca'. Y añade como aclaración: 'Con estas palabras muestra la Iglesia el ardiente deseo que tiene de que se realice el misterio del descenso de Dios hasta ella, des– censo que tiene lugar en la encarnación' 22 • Advertimos que en este momento la alta metafísica platónica del bien la centra fray Juan el misterio trinitario cuya segunda persona, belleza eterna y fuente de toda belleza, entra en comunión y coloquio con los seres humanos. De modo esquemático pudiéramos decir que fray Juan, guiado por su sentido cristiano y al margen de toda discusión con el pla– tonismo o neoplatonismo corrige a éste en puntos esenciales. Es cierto que hace suyos los divinos encomios que los platónicos eleva– ron al bien y a la belleza 23 • Pero ante el desbordarse de la bondad divina, algo tan ponderado por los platónicos, fray Juan de los An– geles distingue y precisa. Admite con el dogma cristiano un des– bordamiento interno de la vida de Dios, que constituye el misterio trinitario. Pero este misterio lo defiende contra multitud de herejes, a los que cita y entre los que se halla el principal adversario de tan gran misterio: Arrío. La historia de los dogmas nos habla muy alto de que la herejía arriana no es más que una aplicación de la metafísica neo-platónica a la trinidad. Fray Juan de los Angeles no entra en esta cuestión de influjos y dependencias y después de 21 Historia de las ideas estéticas ..., t. II, p. 112. 22 Consideraciones sobre el Cantar de los cantares, lectio prima, art. I, t. II, p. 45. 23 Trata detenidamente sob.re la hermosura en Consideraciones... Lectio XIII, art. I, II y III, t. II, p. 285-298. A. Torró ha estudiado, tal vez el único, este tema en su obra cit., t. II, p. 361-38.1.

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