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146 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA.-E. Rivera de Ventosa libérrima bondad de Dios. En esta libre condescendencia divina veía la raíz y al mismo tiempo la plenitud de la obra de Dios. Cierto que no la vio como una teología opuesta a la neoplatónica. Reba– saba ello la cultura de aquel momento histórico. Hoy día, más in– formados de la historia de las ideas, podemos ver la gran mística de fray Juan de los Angeles atravesada por la metafísica del bien, pero en cuanto este bien adquiere una actuación libre y personal que culmina en lo que la patrística griega ha llamado con el bello y entrañable concepto de synkatábasis. Al que nosotros hemos ver– tido, sin lograr plenitud, con la humanísima palabra de condescen– dencia. Esta es, en verdad, la palabra clave para adentrarnos en la comprensión de esa lucha amorosa entre Dios y el alma, tan hon– damente vivida por el místico franciscano. De todo ello concluimos que a los dos principios neo-platónicos que hemos comentado: bonum est diffusivum sui, amor est quidam cyclus aeternus, hay que añadir un tercero, netamente cristiano, que completa desde dentro los anteriores. Lo enunció san Agustín en esta fórmula: Quia bonus est Deus, sumus. Esta fórmula es comen– tada por san Buenaventura en estos términos: 'Quia bonus est Deus, vult se diffundere; et quia vult se diffundere, vult creaturam pro– ducere; et quia vult creaturam producere, vult creaturam esse; et ita, quia bonus est, sumus' 17 • Esta libre voluntad de difusión es el correctivo metafísico al ne– cesitarismo neo-platónico. Fray Juan de los Angeles baraja, según se lo exige su juego mental, uno de los tres principios. Pero es el último, netamente cristiano, el que al fin da la pauta para inter– pretar la obra de Dios en la creación como un desbordarse de su infinita caridad por sus libérrimas condescendencias hacia los seres que reciben los efluvios de su bondad. El dorado círculo del amor, que sintetiza el pensamiento metafísico de fray Juan de los Ange– les, no es el círculo que sensibiliza el proceso eterno de los seres en su vida y vuelta, sino la expresión grandiosa de la benevolencia divina. II. PLANO ANTROPOLÓGICO DE LA ACCIÓN DEL AMOR El cruce del pensamiento platónico con la mentalidad bíblica se hace en esta segunda vertiente de nuestro estudio más porfiado y visible. Y esto ya desde su mismo punto de partida. Consideramos punto de partida de esta nueva reflexión sobre la mística de fray Juan de los Angeles la interpretación simbólica que da de los amo– res nupciales del Cantar de los cantares. Su obra más sistemática, 11 s. Agustín, De doctrina christiana, lib. I, c. 32, n. 35; P. L. 35, col. 32. S. Bue– naventura, In II Sent., d. I, pars II, dub. I, t. II, p. 51.

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