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318 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 6 En lo que resta de esa gran parte de león que se lleva Aristóteles hay no desdeñables aportaciones de otras fuentes que históricamente no pueden en modo alguno desdeñarse. La segunda y la tercera de las afirmaciones del texto acotado las comen– tamos conjuntamente. Lo hacemos así porque mutuamente se implican. La actitud que se tome respecto de una de ellas condiciona la actitud res– pecto de la otra. Se dice en la segunda afirmación que las doctrinas fundamentales de San Buenaventura son aristotélicas. Es algo que parece seguirse de la pri– mera. En efecto; si el vocabulario es aristotélico, también deberán serlo las doctrinas fundamentales. Ello no quita que Van Steenb. tenga que re– conocer que el pensamiento de San Buenaventura se avecina a otras doc– trinas de inspiración distinta. Nos permitimos algunos reparos a esta visión histórica del docto medie– valista. Ante todo se ha de advertir que si es cierto que San Buenaventura utiliza preferentemente el vocabulario filosófico acuñado por Aristóteles, no se sigue todavía que la intuición fundamental de su pensamiento se aco– ple a la filosofía de Aristóteles. Una cosa son las cartas de la baraja, como se suele decir en la vida diaria, y otra el juego que se hace con las mismas. Las cartas del pensamiento de San Buenaventura son en gran parte aris– totélicas. Pero de ahí no se sigue que el juego que ha hecho el doctor fran– ciscano haya estado inspirado fundamentalmente por Aristóteles. De ello parece tomar conciencia Van Steenb. Reconoce de modo muy explícito el papel importante que juega en el pensamiento de San Buena– ventura la teoría del ejemplarismo, estrella metafísica que no pudo lucir jamás en el cielo aristotélico. Pero, para llevar adelante su tesis, se responde que el ejemplarismo es más una tesis de los pensadores cristianos que una tesis peculiar de San Buenaventura 13 • No nos deja tranquilos la respuesta del docto medievalista. Es cosa sa– bida que la tesis del ejemplarismo es común a Santo Tomás y a San Buena– ventura. Pero con ello no queda aclarado el valor que tiene esta tesis en la contextura respectiva de sus metafísicas. Esto lo ha visto muy bien el agudo pensador M. Oromí al distinguir netamente entre estas dos filosofías por mantener la una, la de Santo Tomás, una posición analógica, y la otra, la de San Buenaventura, una posición ejemplarista. He aquí cómo describe ambas filosofías. «La posición analógica es la del que quiere explicar lo de arriba por lo de abajo, y la ejemplarista quiere dar razón de lo de abajo por lo de arriba. La posición analógica puede carac- 13. La Philosophie... , p. 251: «Le «théocentrisme», «l'exemplarisme», la «participation» sont des doctrines communes a toutes les philosophies qui comportent une métaphysique créa– tioniste; toutres ces doctrines se retrouvent dans le thomisme et elles me sont pas spécifique– ment augustinienes».

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