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346 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 34 putatae nos hace ver al instante que su preocupación doctrinal gira en tor– no a algunos temas, importantes en el agustinismo filosófico, pero no los más decisivos: la virtud, la conciencia, la voluntad y la libertad. Recoja– mos algunos epígrafes de sus Quaestiones: III. Utrum voluntas possit esse subjectU:m virtutis.-IV. Utrum voluntas id quod vult de necessitate velit.- V. Quaeritur unde voluntas habeat quod sit libera, etc. Es penetrante la agudeza del Santo al enfrentarse con estos problemas de neto cuño bonaventuriano y ya con sabor de escuela. Pero al mismo tiem– po se advierte la cortedad de esta visión frente a la gran síntesis agusti– niano-bonaventuriana. Como un mal llama a otro, en la última época de la historia del pensa– miento cristiano medieval nos toca constatar que el agustinismo filosófico llega a tan bajo que un día la misma orden de Agustinos opta por un agus– tinismo egidiano. Sabido es que Egidio de Roma es un discípulo de Santo Tomás, muy poco en la línea de San Agustín, excepto en el tema del agus– tinismo político. Pero, desdichadamente, este agustinismo político, tan de– fendido por Egidio Romano es una imputación de tal doctrina a San Agustín, más que enseñanza suya 87 • B. Landry ha contrapuesto la concepción política de San Buenaventura, que rezuma auténtico agustinismo, a la de Egidio Romano en este juicio sintético que merece ser recogido: «Saint Bonaventure se refusait a voir sur terre la d.emeure stable de l'humanité; Gilles, comme bientót Jean de Jandun et comme plus tard Leibnitz, puis A. Comte, vise a l' organisation stable de la terre par un pouvoir souverain. Saint Bonaventure soumettait tous les pouvoirs au Pape, parce qu'il les soumettait tous a la jústice. La était la beauté et la verité de sa doctrine. Gilles soutient la meme these verbalement, mais le Pape apparait sous sa plume conime un prince, plutót que comme le représentant d'un idéal moral. L'augustinisme s'est ·durci et matérialisé chez Gilles de Rome et la chrétienté est devenu un impérialisme papal» 88 • Lástima que nada de esta temática importantísima haya sido recogida en la obra de Van Steenberghen. Pero la cita muestra que en Egidio Ro- ñola, Madrid, 1958; J. TscHOLL, Gott und das Schone beim hl. Augustinus. Haverlee-Leu• ven, 1967 (Nuestra crítica de esta obra en Naturaleza y Gracia, 16 (1969), 464-465). 86. Quaestiones disputatae, ed. E. Longpré, en Les philosophes belges, t. X. Louvain, 1928. 87. Cf. E. PoRTALIÉ, Agustinisme, en «DTC»., t. I, .col. 2485-2561. Merece recogerse el juicio sintético de la col. 2513: «La fusion de l'augustinisme et du thomisme éclate dans la schola aegidiana depuis le XIVe siécle. Il est a remarquer que son plus illustre docteur est un fervent disciple de Thomas d'Aquin. 88. L'ldée de chrétienté chez les scolastiques du Xllle siécle. Paris 1929, p. 153.
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