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27 HACIA UNA INTERPRETACIÓN DE LAS GRANDES SÍNTESIS DOCTRINALES... 339 Otro tema en el que San Buenaventura completa a San San Agustín es el del voluntarismo psicológico. Es innegable que se halla en San Agustín un punto de partida para situar a la voluntad con su libre albedrío en el centro de la vida psicológica. Culmina esta concepción en Duns Escoto. Pero ya San Buenaventura la había definitivamente estructurado al distinguir en– tre acto libre y acto deliberado. El acto libre implica plena autodetermina– ción de la voluntad y está siempre en poder de ésta. Por ello, la voluntad es libre en su misma esencia. De tal suerte que todo acto de la misma pro– cede con absoluta libertad, con absoluto autodominio. Todo esto se halla in nuce en San Agustín. Pero es frondosa teoría psicológica en San Buena– ventura. Por lo que toca el voluntarismo ontológico, es decir, al influjo de la idea de bien en metafísica, San Buenaventura completa igualmente a San Agus– tín. Este se limita a constatar reiteradamente: «quia bonus est Deus, su– mus» 69 • San Buenaventura da un paso más y busca en la idea de Bien la raíz metafísica de todas las comunicaciones divinas 70 • Finalmente, en la teoría del ejemplarismo San Buenaventura recoge el rico patrimonio agustiniano que describe el ascenso del alma a Dios a tra– vés de las craturas para precisar los cuatro momentos del simbolismo ejem– plárista. Es decir, la creatura como umbra, vestigium, imago, similitudo 71 • Esta metafísica ejemplarista nunca debió ser olvidada por el pensamiento cristiano. Pero fue ahogada por las frías y cinceladas fórmulas de origen aristotélico. No es insignificante la aportación del gran agustiniano medieval, San Buenaventura. Pese a ello, tenemos que advertir que el rico cau– dal agustiniano merma en la obra de San Buenaventura que, con ser magnífica, no es capaz de servir de resonador a todos los grandes temas agustinianos. A fortiori hay que decir esto del agustinismo filosófico que si– gue a la obra del Santo. Vamos a recordar tan sólo algunos de estos temas empobrecidos. La interioridad en primer término. Por testimonio unánime de los gran– des historiadores que se han acercado al pensador de Hipona ha sido su capacidad de describir lo's desgarros íntimos de la conciencia lo que hace de él un pensador eterno. Siempre se le sentirá a nuestro lado. Por citar un 69. De doctrina christiana. lib. I, c. 32, n. 35; PL, XXXIV, col. 32. 70. Véase nuestro estudio: La metafísica del Bien en la teología de San Buenaventura, en Naturaleza y Gracia, 1 (1954), 7-38; .ALEJANDRO DE VILLALMONTE, El argumento de «ra– zones necesarias» en San Buenaventura, en Estudios Franciscanos, 53 (1952), 5-44; ÜLEGARIO GoNZÁLEZ, Misterio trinitario y existencia humana. Estudio histórico teológico en torno a San Buenaventura. Madrid, 1966, pp. 101-142. 71. J. M. BISSEN, L'exemplarisme divin selon Saint Bonaventure. París, 1929; E. GILSON, La filosofía de San Buenaventura... , pp. 205 ss.
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