BCCCAP00000000000000000000770

25 HACIA UNA INTERPRETACIÓN DE LAS GRANDES SÍNTESIS DOCTRINALES... 337 se empeñan en no querer ver dentro de la sagesse augustinienne una gran filosofía. Que esta gran filosofía se halle incorporada a un contexto teoló– gico es algo que va contra nuestros gustos, muy dados a escindir y a acotar campos. Pero ello no merma valor a los análisis filosóficos agustinianos. J. Chevalier escribe: «La fascinación que ejerció sobre sus contemporáneos el genio de Agustín perdura todavía y perdurará, sin duda, tanto tiempo como haya una humanidad que piense, ame y sufra... Filosóficamente, el legado de Agustín es considerable» 64 • Existe, por lo tanto, en el mismo Agustín un grandioso punto de arran– que para un auténtico agustinismo filosófico. Y sin embargo, tenemos que constatar con la historia del pensamiento ante los ojos que el agustinismo filosófico, como sistema expuesto sistemáticamente, no ha existido nunca. Tomamos conciencia de que la afirmación es enorme y que pudiera sonar a paradoja. Nos parece, con todo, que esta aparente paradoja se disuelve en el vaso de la historia de las ideas. Ya en el mismo San Agustín advierten los comentadores que no hay sis– tema. Con cierto radicalismo escribe el mismo J. Chevalier: «No podría decirse de San Agustín con propiedad que es un filósofo. No dejó sistema: pero por esto, precisamente, dio a la filosofía un impulso nuevo, llamando a los filósofos a su tarea, que es menos reconstruir el mundo que observarlo y vivirlo, viviendo y experimentándose a sí mismos» 65 • Este juicio, encomiástico de fondo y forma, debe ser matizado por lo que toca a negar que San Agustín sea filósofo porque no tiene sistema. Van Steenb. nos ayuda en esta ocasión. Reiteradamente afirma que, si San Buenaventura no elaboró sistemáticamente una filosofía, late en su obra una filosofía que es necesario extraer de su envoltura teológica. Sus obras teológicas y místicas implican «la présence virtuelle d'une philosophie dans sa synthese théologique» 66 • Lo mismo hay que decir respecto de San Agustín. Que no se preocupara de elaborar un sistema filosófico es patente. Pero de ahí no se sigue que no se halle en su espíritu, reflejado en sus obras. Su mentalidad filosófica no es algo caótico o desordenado. Ni se limita a cuatro vislumbres geniales. Unas cuantas ideas claves vienen a ser como las vértebras gigantes de ese gran organismo que es su filosofía, incorporada, ciertamente, a su visión sapiencial cristiana. No sale, pues, el agustinismo filosófico de la mente de San Agustín de un modo perfecto, como Minerva de la cabeza de Júpiter. Tampoco lo sistema- 64. Historia del pensamiento, trad. española. Madrid, 1967, t. II, p. 97. 65. O. y l. ci . 66. La philosophie... , p. 243. La misma fórmula se halla en Histoire de l'Eglise, vol. 13, p. 230.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz