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336 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 24 ¿ con qué razón se puede calificar a tal filosofía con la etiqueta de aristotelismo, aún con el retoque de neoplatonizante o agustiniano? San Buenaventura reprocha a Aristóteles que desconoce, peor aún, que execra las ideas de Platón 61 • ¿ Cómo, entonces, hallar en este pensador el manantial puro para abrevar su espíritu que hace del mundo una escala de luz para ascender hasta Dios? Grandes historiadores piensan que la aportación máxima de San Buenaventura es el Itinerarium mentis... En ese itinerario hallamos muchas piedras y adoquines extraídos de la cantera aristotélica. Pero el que este Itinerarium sea un camino de luz se debe a otro ideario muy distinto del aristotélico. Esto que escribíamos en sustancia hace seis años, ante la nueva gran obra de Van Steenb., que estamos analizando, debe ser repensado con más madura reflexión. El problema del agustinismo filosófico debe ser replanteado con toda radicalidad. Iniciamos esta nueva reflexión con unas palabras de R. Eucken: «Agustín es el único gran filósofo del Cristianismo» 62 • La frase tiene mucho de exa– geración. Pero, quitándole todo lo que tiene de hiriente, pone bien en claro que Agustín ha sido una gran pensador en el puro campo de la filosofía. Este es igualmente el juicio de otros historiadores y filósofos. Recordemos a Max Scheler, J. Hessen, Przywara, K. Jaspers, M. Blondel y, en España, Ortega y Gasset 63 • Todos ellos se sienten atraídos por el genio de Agustín de Tagaste. Este elenco de encomios de que ha sido objeto el talento filosófico de San Agustín debiera hacer pensar a cuantos, con cierto miopismo cicatero, 61. Collationes in Hexaemeron, coll. VI, n. 2; Op. O., t. V, p. 360b. Van Steenberghen recoge este mismo texto en La philosophie (p. 223). Lo coteja con su actitud en el Coment. a las Sentencias para concluir que en este comentario no es hostil a Aristóteles. La hosti– lidad habría brotado de las polémicas en torno a 1270. Nos parece que aquí confunde el docto medievalista la situación psicológica con el espíritu del sistema. La situación psicológica se torna acre en San Buenaventura contra Aristóteles por el abuso que de él hicieron los averroistas. Pero capta desde el principio de su vida intelectual que su síntesis mental, en lo que tenía de más hondo, iba por camino muy distinto al de Aristóteles. Y todo ello sin perjuicio de que utilice los ricos materiales que la cantera aristotélica ha proporciobado al pensador medieval. 62. Los grandes pensadores. Historia de la evolución del problema de la vida desde Pla– tón hasta nuestros días, trad. española. Madrid, 1914, p. 254. 63. Recogemos algunos juicios de estos pensadores. MAX SCHELER, Schriften zur So– ziologie und Weltanschauungslehre. Gesammelte Werke, Bern und München, Band 6, pp. 93- 94: «Finden wir einzig bei Augustinus und der augustinischen Tradition bis zu Malebranche und Blaise Pascal ernsthafte Anfange des christilichen Erlebnis über die Beziehung von Liebe und Erkenntnis auch im Zusammenhang mit ausserreligiosen Probleme begrifflich zu fassen». Ortega y Gasset escribe a su vez: «San Agustín fue mucho más filósofo que Santo Tomás, como se manifiesta en su resuelto embestir a los problemas últimos« (La idea de prin– cipio en Leibnitz, en «O. C.», t. VIII, p. 180). Nos repugnan estas comparaciones. Pero éstas prueban contundentemente el indiscu– tible valor filosófico que se halla en el sistema latente en San Agustín.

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