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314 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 2 En un momento en que lo analítico domina nuestro momento cultural de tal suerte que el minúsculo detalle -o lo que es peor, el hecho bruto– suscita el interés y la investigación, se siente el espíritu oreado por estos intentos de síntesis que, cuando toman contacto con los datos objetivos, llevan dentro de sí un ostensible poder de clarificación. Es sabido que la síntesis histórica ha caído en descrédito por el abuso que espíritus aprio– ristas hicieron de la misma. Pero el abuso que se ha podido hacer de ella no desvirtúa las inmensas posibilidades que encierra en sí para iluminar los grandes temas de la historia y los máximos sistemas del pensamiento. Celebramos, por lo mismo, este noble intento del prof. Van Steenb. Será un indispensable punto de partida para ulteriores investigaciones. Un deseo de contribuir a ellas nos ha movido a analizar cuidadosamente su obra. Nos hemos acercado a ésta con un espíritu sereno y abierto, capaz de captar sus innegables méritos, pero leal y objetivo en el juicio sobre sus limitacio– nes y relativas deficiencias. Nada quisiéramos más ajeno a estas páginas que el sentido partidista, tan frecuente en la historia de estos estudios. Condividimos con el ilustre historiador su actitud, siempre desfavorable, a todo espíritu de escuela o de parti pris. Sobre tres temas polarizamos nuestras reflexiones: 1) El aristotelismo en los grandes doctores medievales; 2) Helenismo y Cristianismo como fuentes de su pensamiento; 3) En torno al agustinismo filosófico. l. El aristotelismo en los grandes doctores medievales Para Van Steenberghen, como para otros grandes investigadores del pensamiento medieval cristiano, el gran tema cultural del siglo XIII es la situación nueva creada por la introducción masiva de la ciencia greco– árabe. Esta ciencia encerraba en sí misma una concepción del mundo, una Weltanschauung, según dicen los alemanes y repite Van Steenb., que po– nía en peligro la concepción cristiana vigente en aquel mundo medieval. Las actitudes ante la nueva ciencia fueron muy diversas. Aquí tan sólo nos vamos a preocupar de dos de ellas, por encarnar los dos máximos siste– mas cristianos en aquel momento histórico. Son estos sistemas el objeto preferente de nuestro estudio, pues buscamos una comprensión más exhaus– tiva de ellos. Las dos actitudes a que nos referimos son la de San Buenaven– tura, representante máximo del agustinismo medieval y la de Santo Tomás, que elabora su síntesis propia en un acercamiento y asimilación a los nuevos saberes. Una acotación de la obra de Van Steenb. nos hace ver cómo enjuicia éste a ambos doctores en este primer problema: «La publicación por Tomás

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