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326 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 14 Ya en nuestro estudio, presentado al Congreso Internacional de la Filo– sofía Medieval, La Mendola (Italia), abordamos el tema de la doble fuente en San Buenaventura en un concepto primordial: el de naturaleza. Al in– troducirnos en su estudio, advertimos al instante que el doctor se mueve, al utilizarlo, en dos planos muy distintos. Unas veces la naturaleza es lo mismo que la esencia en cuanto ésta es principio de operación. Esto es decir que entonces la naturaleza pertenece a un orden esencial y metafísico inmutable. Es el concepto que maneja en sus tratados De Deo et de Trinitate. Pero junto a este concepto utiliza otras veces otro muy distinto. Y esto acaece siempre que hace depender la naturaleza de un orden establecido por Dios. Así en este rexto y similares: «Omne quod indidit unicuique rei a sua conditione, est ei naturale» 36 • Preguntándonos por la fuente de esta doble acepción del concepto de naturaleza, llegamos muy luego al convencimiento de que la mente del doctor se hallaba bajo un doble influjo, bajo una doble fuente: el llamado necesitarismo griego, que cristaliza en la obra dd Aristóteles, para quien la naturaleza constituye un orden absolutamente necesario, y el contin– gentismo bíblico, que juzga ser la naturaleza lo que Dios quiere y dispone. El necesitarismo griego va vinculado a la idea de una autosuficiencia plena y total de la naturaleza, tan certeramente vista por A. Mansion en el aná– lisis que da de la forma. Viene a ser ésta en el sujeto causa formal, eficiente y final. Así la psiché, forma primera del cuerpo, es principio agente de su actividad y meta última de su desarrollo 37 • Este necesitarismo naturalista es totalmente desconocido poi' el pensa– miento bíblico. Basta que en este momento nos remitamos a un especia– lista, F. Van Imschoot: «Lorsque l' Ancien Testament mentionne les lois auxquelles sont soumis les phénomenes naturels, il s' agit de lois imposées de l'extérieur par Dieu, non de lois internes résultant de la nature des choses et du jeu de causes secondes» 38 • San Buenaventura, como los otros grandes doctores medievales, se ha encontrado frente a dos mundos, según la fuente que utilizaba. El resul– tado del influjo de esta doble fuente fue una visión nueva de la estructura del cosmos. Mientras que para Aristóteles éste se mueve en dos planos: el de la necesidad absoluta para la esencia y la naturaleza, y el de la con– tingencia para todo aquello que proviene de la voluntad humana, los pen– sadores cristianos medievales introdujeron, entre uno y otro, un plano distinto e intermedio que llamaron ordo naturae, o como dicen otros, ordo hypothetice necessarius. Este ordo naturae, ni tiene la solidez inconmovible 36. Inll Sent., d. III, p. II, a.1, q. 1; Op. O., t. II, p.113b. 37. Introduction a la Physique aristotélicienne, 2 éd., Paris, 1946, p. 337. 38. Théologie de l' Ancien Testament. Tournai, 1954, pp. 105-106.

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