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SAN BUENAVENTURA Y HENRI BERGSON 31 l. PRIMER NIVEL ANTROPOLÓGICO: LA "RATIO INFERIOR" EN SAN BUENA– VENTURA Y LA INTELIGENCIA DEL "HOMO FABER" EN BERGSON M. de Unamuno, al comentar un texto de lord Byron, contrapone la ciencia a la sabiduría en una dualidad de palabras que toma de las diver– sas lenguas: science-sagesse, Wissenschaft-Weisheit, knowledge-wisdom H. Este contraste entre ciencia y sabiduría es uno de los puntos de referencia en toda la obra unamuniana. Pero hay que añadir que lo es igualmente en toda alta especulación filosófica. Hoy, en este encuentro de culturas al que asistimos y en el que tomamos parte, la ciencia de occidente ha entrado en relación, y muchas veces en conflicto, con la sabiduría oriental. Una– muno recoge esta bellísima prédica de un obispo protestante que resume los dos grandes procesos culturales de la humanidad: "El Oriente cree en la luz de luna del misterio; el Occidente en el mediodía del hecho cien– tífico. El Oriente pide al Eterno vagos impulsos; el Occidente coge el pre– sente con ligera mano y no quiere soltarlo hasta que le dé motivos razo– nables, inteligibles. Cada uno de ellos entiende mal al otro, desconfía de él y hasta en gran parte lo desprecia. Pero ambos hemisferios juntos, y no uno de ellos por sí, forman el mundo todo" 12 • Estos contrastes no son, sin embargo, tan incisivos como el inevitable simplismo del predicador lo ha hecho notar. No ha mucho que la joven japonesa Fumi Sakaguchi ha publicado su tesis doctoral defendida en la universidad de Munich, con este título: Der Begriff der Weisheit in den Hauptwerken Bonaventuras 13 • Ya en el título reconoce la joven pensadora que también ha habido en Occidente reflexión sobre la sabiduría. Y es aún más de ponderar el que en su estudio ensaye un paralelo entre la visión bonaventuriana de la sabiduría y la concepción sapiencial budista 11. Existe, pues, también en Occidente preocupación por la sabiduría. Y 11,ese a la rele– vancia que a partir del siglo XVII adquiere la ciencia en los últimos siglos, la preocupación por la sabiduría ha tenido en Occidente sus momentos estelares. Lo peculiar de Occidente es la batalla que se ha librado en las concien– cias en torno a esta doble dimensión del saber humano. San Buenaventura distingue entre el sermo scientiae y el sermo sapientiae. Piensa que el pri– mero fue dado a Aristóteles; el segundo a Platón. Porque Aristóteles mira hacia abajo y organiza el saber a partir de la experiencia sensible, mientras que Platón intuye lo eterno y desde lo eterno interpreta lo temporal. Desde 11 Del sentimiento trágico ele !a vida, V (ed. Escelicer) {Madrid 1966) t. VII, p. 170. 12 Del sentimiento trágico ele la vida, IX, t. VII, p. 221. 13 Epimeleia. Beitrage zur Philosophie, Band 12 (München 1968). H Der Begriff cler Weisheit, 76-92.

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