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50 E. RIVERA DE VENTOSA En sentido opuesto opina el autorizado maestro de la mística bonaven– turiana, E. Longpré, para quien el objeto de la experiencia mística no es el mismo Dios, sino la acción divina, sentida por el alma en los dones so– brenaturales que recibe 69 • Este primer problema, inatingible por el análisis meramente psicológico, el filósofo debe dejarlo a la reflexión exclusiva del teólogo. Más peculiar de la reflexión filosófica es el segundo aspecto, en el que se dan cita el intelectualismo y el voluntarismo para reclamar la primacía en el análisis de la intuición mística. ¿ Qué opina de este intelectualismo y voluntarismo San Buenaventura? Una vez más los comentadores difieren. Unos, como E. Gilson y J. F. Bonnefoy, toman al pie de la letra algunos textos de San Buenaventura y los interpretan en un sentido, no sólo voluntarista, sino claramente anti– intelectualista. Ven en la intuición mística, según la describe San Buena– ventura, un efecto de la actuación experiencial afectiva y volitiva 70 • Otros intérpretes, como St. Grünewald, I. Omaechevarría y E. Long– pré 71 , no aceptan una lectura fragmentaria de los textos del doctor sino que estudian el fenómeno místico desde la visión integral del sistema bo– naventuriano. Según éstos, aunque la intuición mística se caracteriza por el predominio del afecto, no falta en modo alguno el elemento intelectual. Nos inclinamos a pensar que esta segunda opinión se halla más en lo cierto. Algunos textos, que juzgamos clave en la aclaración de este recón– dito problema, nos dan mucha luz. El primer texto lo hallamos en el gran Comentario a las Sentencias. Se pregunta San Buenaventura en este pasaje si el don de sabiduría, en cuanto significa conocimiento experiencia! de Dios, reside principalmente en el afecto. A la cuestión responde en sentido afirmativo, pero con esta matización, tan para ser ponderada. En el gusto interior, dice, se requiere el acto del afecto para unir, y el acto del cono– cimiento para captar el objeto. De donde concluye: "Actus doni sapientiae partim est cognitivus, et partim est affectivus, ita quod in cognitione incohatur, et in affectione con– summatur, secundum quod ipse gustus, vel saporatio, est expe– rimentalis boni et dulcis cognitio: et ideo actus praecipuus doni sapientiae propiissime dictae est ex parte affectionis" 72 • ºº 'La théologie mystique de S. Bonaventure', Arch. francisc. hist01·icum 14 (1921) 89-93. ;o J. F. Bonnefoy, Une somme bonaventurienne de théologie mystique: le "De triplici via" (París 1954); E. Gilson, La filosofía de S. Buenaventura ... , 439, escribe: "El éxtasis, inefable por lo mismo que es totalmente extraño al orden del cono– cimiento humano, debe necesariamente verse acompañado por una sensación de ignorancia y oscuridad". 71 St. Grünewald, Franziskanische Mystik .. ., 80; I. Omaechevarría, Teología mística... , 71; E. Longpre, La théologie mystique .. ., 90. 72 lll Sent., d. 35, a. 1, p. le; Op. O., t. III, p. 774.

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