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28 E. RIVERA DE VENTOSA misticismo irrumpe en la cúspide de su ascensión filosófica. El itinerario mental de Bergson lo jalonan cuatro obras fundamentales: Essai sur les données immédiates de la conscience, Matiere et memoire, L'évolution créatrice y Les deux sources de la morale et de la religion 3 • En las dos primeras inicia la campaña, que continuará toda su vida, contra la psicolo– gía entonces vigente, teñida de asociacionismo, determinismo y materia– lismo. Ya en la tercera alborea el tema del misticismo. Pero en la cuarta y última asciende a la cima de la vida mística. En esa última obra, pen– sada y repensada por Bergson en un cuarto de siglo, la vida mística llega a ser uno de los goznes del pensamiento bergsoniano. Ya es significativo que cierre esta obra con un capítulo que lleva en su título esta dualidad: Mécanique et mystique. Desde esta vertiente de la mística se da entre ambos pensadores un acercamiento histórico poco conocido. La crítica ya ha advertido el gran influjo de San Buenaventura en los místicos españoles. Menéndez Pelayo resume esta crítica cuando afirma que los místicos españoles "convirtieron en asidua lectura suya el Breviloquium y el Itinerarium mentís in Deum, de cuyos pensamientos están sembrados sus escritos" 4. Pues bien; Bergson se halla muy impregnado de esta mística, influida por San Buenaventura. Lo refrenda J. Maritain al decirnos que ya en 1906, un año antes de la publicación de L'évolution créatrice, Bergson le hizo la confidencia de que leía con singular interés los grandes místicos, sobre todo los místicos es– pañoles -Santa Teresa en primer lugar- y afirmaba que, según su pare– cer, los filósofos harían bien en ser un poco más místicos y los místicos un poco más filósofos 5 • Una declaración de Bergson a M. García Morente corrobora este acer– camiento. Se lamentaba ante él el catedrático madrileño de la penuria de grandes filósofos en España. A lo que Bergson le contesta: "Vosotros los españoles tenéis en la mística la más alta filosofía; vuestros grandes mís– ticos, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, han alcanzado de un salto lo que nosotros, filósofos, forcejeamos inútilmente por conseguir" 6 • Si ahora 3 Utilizamos para nuestro estudio la edición del centenario, H. Bergson, Oeuvres, 2 ed. (París 1963). ' Cf. M. Menéndez Pelayo, Historia de las ideas estéticas en España, Obras completas, ed. nacional (Madrid 1946) t. I, p. 398; F. de Ros, Un maitre de sainte Thérese. Le Pere Francois d'Osuna (París 1936); el mismo, Un inspirateur de sainte Thérese. Le Frere Bernardin de Laredo (París 1948). En mi estudio, 'Métodos para llegar a determinar las diversas escuelas de espiritualidad católica', Naturaleza y Gracia 2 {1955) 148, he podido poner a dos columnas el texto del ltinerarium de San Buenaventura y el de las Meditaciones devotísimas del Amor de Dios del Padre Diego de Estella. Hasta literalmente influye San Buenaventura en los místicos españoles. 5 De Bergson a Santo Tomás, 46. 6 Cf. J. Chevalier, Entretiens avec Bergson (París 1959) 100 y 248; el mismo, Cadences, II, 18. Lo cita y comenta Alain Guy, Les philosophes espagnols d'hier et d'aujourd'hui (Toulouse 1956) 12.

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