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SAN BUENAVENTURA Y HENRI BERGSON 41 jeu de nos muscles et de nos articulations, le poids de la charrue et la resistence du sol: agir et se voir agir, entrer en contact avec la réalité et meme la vivre, mais dans la mesure seulement ou elle intéresse l'oeuvre qui s'accomplit et le sillon qui se creuse, voila la fonction de l'intelligence humaine" 12 • Difícilmente se superará el dramatismo de este cuadro descriptivo de la mente humana en su manipulación práctica de los objetos. Y sin em– bargo, sustancialmente se halla ya el tema en San Agustín y lo recoge San Buenaventura para hallar en Bergson una nueva cúspide. El paralelis– mo entre estos pensadores es claro. Bergson parece copiar a San Agustín cuando éste juzga que la ciencia, producto de la ratio inferior, tiene por objeto dirigir la acción para que sepamos utilizar las cosas temporales. Pero ahora precisamos determinar mejor el valor de esta clase de conoci– miento al que Bergson declara relativo, imperfecto y simbólico. ¿Acepta esta filosofía San Buenaventura? El primer carácter, el ser un conocimiento relativo, nos parece más acentuado en Bergson que en el pensador medieval. Para ~ergson es tan relativo este conocimiento que depende exclusivamente del punto de vista del sujeto, quien lo percibe exclusivamente desde la utilidad que puede reportar de él. "Essayer un concept a un objet, c'est demander a l'objet ce que nous avons a faire de lui, ce qu'il peut faire pour nous" ,rn. San Buenaventura no acentúa tanto este relativismo de la cognitio scientialis, pese a que también verse sobre los objetos externos. En este momento nos parece que Bergson se halla más cerca de San Agustín que de San Buenaventura. El doctor africano, al desconocer la abstracción aris– totélica, tiende a disminuir el poder cognoscitivo de la ratio inferior y el valor de la scientia, obra de la misma. Por el contrario, San Buenaventura a¡::epta aquí plenamente el aristotelismo y piensa que la abstracción de lo sensible nos da un verdadero saber de las cosas, aunque éste sea muy. pobre y parcial. Cierto que la abstracción no es capaz de elevarnos a las ideas trascendentes, teóricas y morales. Pero sí puede lograr un saber ob– jetivo y válido. En el segundo carácter, el ser un conocimiento imperfecto, coinciden el pensador medieval y el de nuestros días. A Bergson su teoría gnoseo– lógica le lleva a formular reiteradamente este principio: Il faut dépasser les concepts 4 A,. San Buenaventura, al final del Itinerario casi usa la misma fór– mula de Bergson, al aconsejar con el Pseudo-Dionisia: "Et sensus desere et intellectuales operariones, et sensibilia et insensibilia, et omne non ens 42 !bid., p. 65 7. 43 'Introduction a la métaprysique', Oeuvi-es, 1410. 44 lbid., pp. 1424 SS.

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