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38 E. RIVERA DE VENTOSA De este texto se deduce que, como la ratio inferior tiene por objeto lo que proviene del sentido, ningún influjo puede tener ésta en los conoci– mientos superiores señalados por el doctor medieval. La unión de ambas funciones de la razón aparece muy clara en la ad– quisición de los primeros principios. Este texto del doctor nos introduce de lleno en este nuevo problema. Dice así: "Anima autem nostra habet supra se quoddam lumen naturae signatum, per quod habilis est ad cognoscenda prima principia, sed illud solum non sufficit, quia, secundum Philosophum, "prin– cipia cognoscimus, in quantum terminas cognoscimus". Quando enim scio, quid totum, quid pars; statim scio, quod "omne totum maius est sua parte" " 33 • Dos requisitos son precisos, según esto, para adquirir los primeros prin– cipios: el lumen naturae signatum y la captación de los términos por los sentidos. Esto segundo no lo señala aquí San Buenaventura. Pero sí en otros pasajes, como el siguiente: "Species autem et similitudines rerum acquiruntur nobis me– diante sensu, sicut expresse dicit Philosophus in multis locis: et hoc etiam experientia docet. Nemo unquam cognosceret totum, aut partem... nisi sensu aliquo exteriori speciem ejus acciperet: et hinc est, quod amittentes unum sensum, necesse habemus unam scientiam amittere" 3 4. Es necesaria, pues, la experiencia sensible para elevarse a los primeros principios. Pero junto con esta experiencia San Buenaventura exige la ac– ción del lumen naturae signatum. ¿Es este lumen la misma luz del enten– dimiento agente? La corriente aristotélico-tomista y más tarde Duns Es– coto responde que sí. San Buenaventura opta decididamente por la nega– tiva. Este lumen emana de la ratio superior en cuanto ella misma es ilu– minada por las razones eternas y, últimamente, por la Eterna Verdad. So– bre esta acción iluminadora volveremos muy luego. Baste ahora señalar que su influjo sobre la ratio superior posibilita la formación de los primeros principios y de todo conocimiento absolutamente válido. De esta suerte el matrimonio intelectual entre la ratio inferior y la ratio superior, entre la cognitio scientialis y la cognitio sapientialis se con– suma en la formación de los primeros principios. De todo lo cual dedu– cimos una última conclusión. Para San Buenaventura la ratio inferior y la 33 De donis Spiritus Sancti, col!. VIII, n. 13; Op. O., t. V, p. 496b. 34 I1 Sent., d. 39, a. 1, q. 2c; Op. O., t. II, p. 938.

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