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36 E. RIVERA DE VENTOSA versal que es el principio y el fundamento del arte y de la ciencia. Es de advertir que en el pensamiento medieval el arte y la ciencia van siempre pareados en lo que toca a la universalidad. Por lo mismo se halla esta concepción muy alejada de la actual que busca siempre en el arte la ex– presión de las vivencias concretas y personales. Pero esto mismo prueba cuánto estimaba San Buenaventura el conocimiento universal. Aún el que no tiene otro origen que los datos del sentido. Segunda; Platón fue justamente impugnado por Aristóteles a causa de haber despreciado el valor de lo sensible y juzgar que sólo las ideas son capaces de certeza y nunca los datos de la sensibilidad. Tercera; Platón, al intentar establecer el camino de la sabiduría que procede según las razones eternas, destruía la vía de la ciencia que se fun– da en razones creadas, tomadas de lo sensible. Cuarta; Aristóteles, por el contrario, queriendo establecer las leyes del saber científico, se desentendió del camino superior de la sabiduría. De donde la conclusión: Entre los filósofos se dio a Platón la inter– pretación de la sabiduría y a Aristóteles la de la ciencia. Porque el primero miraba hacia arriba, a las cosas superiores, mientras que el segundo se dirigía a las inferiores. Pensamos que los reiterados ataques al intelectualismo de San Buena– ventura chocarán con éste y parecidos textos. En la síntesis máxima del doctor, que son sus Collationes in Hexaemeron, propone el estudio de las siete luces que iluminan al hombre en su camino. La primera de ellas es la razón. Pues bien; en este camino de la razón una vez más la ciencia aristotélica es su guía, aunque combata, de modo vehemente en alguna oca– sión, los errores aristotélicos y más aún los del averroísmo latino que mo– tiva de rechazo sus frases duras contra Aristóteles y la misma filosofía 'lfl. La segunda nota de la cognitio scientialis en San Buenaventura es su radical deficiencia. Y esto no lo juzga incompatible con haberle reconocido validez en su campo. Provisory, la llama en inglés R. W. Mulligan en un estudio muy detenido sobre el tema 28 • Esta provisoriedad proviene de una relación deficiente de la razón tanto respecto al objeto como a la luz que ilumina dicho objeto. Según San Buenaventura, cuando la mente se dirige a los objetos exteriores, el alma se preocupa por lo que los objetos son en sí mismos. Pero el aspecto más profundo de éstos, el ser vestigios e imá– genes de Dios, esto no le interesa a la ratio inferior. Queda, por lo mismo, ligada a lo mudable y contingente de los mismos y, en cierto modo, debi– litada y envilecida 29 • 27 Cf. Collationes in Hexaemeron, coll. IV-VII; Op. O., t. V, pp. 348-67. 28 Cf. estudio cit. de R. W. Mulligan, Portio superior... , 343. 29 II Sent., d. 24, p. I. a. 2, q. 2; Op. O., t. II, pp. 563-64.

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