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MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA cinco grados y medio de la banda del Sur. Su corriente es tan rápida, que sucede a v,eces detener cuarenta días los bajeles cuando navegan de norte a sur, y por e•so es dificultoso de tomar el puerto. Con que hallándose sin haber descubierto tierra y sin haber podido tomar la altura del sol ,en espacio de dos o tres días por causa de los nublados, era de suma aflicción a todos por ser preciso volverla a buscar otra vez con mucha dilación y no menos riesgo de que faltasen el agua y el basrtimento. 6.-Hallándose, pues, en estas angustias, acudieron como siempre a Dios y a su Santísima Madr,e con fervorosas oraciones y súplicas, pi– diendo socorro en tan urgente necesidad, y el Señor dispuso que, al cabo de tres días, se descubriese el sol, y, tomada la altura, se halla– ron algunos grados más de ventaja, no obstante )as calmas y las co– rrientes ,contrarias, con notable admiración del piloto y marineros. Todos rindieron las gracias a su Majestad ,divina por tan señalado favor, cuyo poder infinito no está sujeto ni limitado a las criaturas para hacer en todo su voluntad y la de sus fieles siervos cuando éstos, con fe viva y humilde, acuden a las puertas de su misericordia. Final– mente, pasados tantos trabajos, les envió Dios viento favorabk y des– cubrieron tierra ·el día 20 de mayo, que fué de imponderable alegría para todos, viendo ya su esp,eranza tan v,e 1 cina al logro de su deseo. Pero mucho más sin comparación lo fué el día que entraron en el puer– to de Pinda, que ftté el término de tan larga y peligrosa navegación. De ,este tan singular gozo nadie se puede hacer capaz si no es e'l que hubiere navegado y experimentado lo que es andar largo tiempo en el mar .sin ver otra cosa que óeílo y agua, y sin saber la altura y paraje en que se halla. Llegaron, por último, al deseado puerto de Pinda, que es el mismo por donde entraron en el reino del .Congo los primeros Frailes Menores que plantaron en él la f.e católica, y fué su feliz arri– bo a 25 de mayo de 164:5, en que cayó la Ascensión del Señor a los oi,e– los y mandp a sus discípulos ir a predicar su Evangelio por todo el mundo. Dieron a .Dios !as gracias cantando el Te Deum, y después, unos a otros, repetidos parabienes con recíprocos abrazos (21). 7.-Fórmase ,ese puerto de un remanso del río Zair,e, que con su curso y la gran copia de agua que trae cuando llega al r,eino del Congo, deja formadas muchas y grandes islas, todas pobladas de gente. Su (21) Sobre las circunstancias del viaje, así como sobre las primeras impresione~ de los misioneros recibidas a sn llegada a tierra del Congo, hay una muy interesan– te carta del P. Juan de Santiago, fechada en Pinda, 11 de junio de 1645, fiesta
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