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18 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA España, mandó al embajador Juan Bautista Vives, que en su nombre lo propusiera a los provinciales y custodios que se hallaban entonces en Roma a la celebración del Capítulo General. Fué d embajador al conv,ento y juntando a los Padres ,españoles, les propuso el orden que tenía del rey ,del Congo y lo mucho que deseaba verlos en su reino para gozar de su ejemplo y doctrina, y últimamente concluyó su razonamien– to, diciendo que Su Santidad, a quien la Religión debió mucho, gusta– ba de ello. Todos se ofrecieron prontamente a cuanto gustase mandar– les, y e,stimó mucho Su Beatiitud, su r,endimiento y afoctuo·sa obe1diencia . Estando la materia en este estado , llegó al convento el Eminentísimo Señor Cardenal Don Gabriel de Trejo, embajador de España, y en pre– sencia de nuestro General, exhortó y animó a los ' Capuchinos españo– les a empresa tan dd servicio de Dios, declarándoles asimismo cómo era ,del agrado de nuestro Rey Católico el que fuesen a esa misión Ca– puchinos de sus provincias d e España (9). 10.-Con estas recomendaciones se dió principio a la disposición de esta apostólica misión, y, aunque bastaba cualquiera de ellas., quiso Dios que concurriesen todas juntas para el mejor •efecto. Y si bien no le surtió por entonces, como se deseaba, pero al fin se vino a lograr por los mismos medios, como veremos más adelante, y hasta hoy se lo– gra; y no hay que admirar, pues, a empresas grandes del servicio de Dios, siempre les preceden grandes dificultades. Como la misión se ha– bía de dirigir por la vía de España y era necesario prevenir los suJetos y dar forma para la •embarcación, se le cometió la comisión a Fr·. Luis de Zaragoza Caspense, Provincial de: Aragón y Definidor General (10). (9) El citado Capítulo General de los Capuchinos tuvo lugar en Roma el 1 de junio de 1618, bajo la presidencia del Cardenal español Treja, y en él se determinó «que a instancias del rey del Congo, se enviase a aquel reino un Visitador general con otros seis religiosos españoles ( A11.alecta Ord. FF. Mi1i. Capuccinorum, V (1889), 298). El pro.pío Cardenal influyó para que precisamente fuesen designados los Ca– puchinos españoles. Y tal fué el entusiasmo que en ellos se de~pertó, que, según testimonio del Carmelita P . Marcos de Guadalajara (Qitinta parte de la historia pon– tifical y católica, Madrid, 1630, p. 246), «en Roma todos se ofrecieron animosamente, y en especial el R. P. Luis de Zaragoza». Cfr. P . MELCHOR DE POBLADURA, O . F. M. Cap., Génesis del movimiento misiona,! en las provincias cap,.chinas de España (1618-1650), Estudios Franciscanos, 50 (1949), p. 211 ss., donde se dan .preciosos datos sobre la iniciación de esta misión y se pone de relieve la influencia en ello del Cardenal Trejo y del prelado español Juan Bautista Vives. (10) El .P. Luis de Zaragoza, más comúnmente conocido por el Caspense , sin duda por ser natural de Caspe, nació en 1578 y murió en 1647. A la celebración de dicho Capítulo General, era Custodio de su Provincia de Aragón ; más tarde fué también Ministro Provincial y luego, en 1637, Definido_r General de la Orden (Cfr. FELICE DA MARETO, O. F. M. Cap. Tavole dei Capitoli Generali dell'Ordine dei FF. MM. Cappuccitti con molte notizie il/11strative, Parma, 1940, 137). Fué insigne

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