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AU5IONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA Lisboa, se embarcaron en él; pero, sobreviniendo unos vientos furio– sos, embocó el baj-d por el estrecho de Gibraltar y, hallándose cerca de esta población, 1e rogaron al capitán les permitiese salir a tierra. El. Padre Fr. Antonio de Teruel se hallaba con vehementes dolores de la gota por entonces, y también con poca salud :el P. Fr. Buenaventura de Corella. Con esta ocasión, compadeciéndose de ellos el capitán, les dió la lancha y saltaron en tierra, agradeciéndole el favor, así porque: llevaba orden de no desembarcar a ningún pasajero sino en Lisboa, como porque el tal era hereje y no esperaban de su natural tan singu– lar obsequio. 17.-Desde Gibraltar vm1eron dichos Padres a Cádiz. de donde se partieron para sus provincias. El P. Fr. Antonio para la de Valencia, adonde acabó su vida, ejercitado de trabajos y enfermedades contraí– das en la misión. El P. Fr. Buenaventura de Corella semejantemente acabó su carrera después de: algunos años. Uno y otro fueron de aven– tajadas prendas y letras y de maravilloso celo de la ,salvación de las al– mas ; por estos adornos y especialmente por el de su vida ejemplar. fueron varias vece·s empleados en sus Provincias en los oficios de Guar– dián y Definidor con aprobación común; el uno., en la de Valencia y el otro, en la de Navai:ra. El P. Fr. Antonio tengo entendido está s,epul– tado en ,eJ -convento <l,e Murcia adonde fué Guardián, y el P. Fr. Bue– naventura de Corella en el <le Cádiz, a donde ,1,e cogió el mal de que murió, siendo confesor del Excmo. Sr. Duque de Aveiro, General dt !a Armada, el cual le nombró por Vicario general de· ella y se excusó de esa honra, ac-eptando sólo la de ser su confesor, por mandárselo 1:i obediencia y poder más libremente ejercitarse en las misiones. Cogió mucho fruto en los soldados con su ejemplo y predicación, y sn muerte fué muy sentida de todos por tener en .él padr,e, maestro y todo con– suelo (141). (141) Del P. Buenaventura de Corella no poseemos otros datos que los aqui apuntados. El P. Teruel contaba solamente 17 años al vestir el sayal capuchino el 12 de junio de 1621. Se dedicó a la predicación con gran entusiasmo ; fué Guardián del ~onventc., de Tortosa y de Murcia y asimismo dos veces Definidor. Después de estar en el Congo, trabajando muy intensamente, se volvió a España, con lo~ ;.-retextos aparentes apuntados por el P. Anguiano, pero en realidad de verdad porque, puestas las cosas en el estado de tirantez en que se hallaban, por fútiles razones políticas y peligros que los portugueses se forjaban, era mejor a la marcha de la misión no hu– biese en ella españoles. Vuelto a su Provincia de Valencia se dedic.ó a completar los trabajos lingüísticos que había comenzado en el Congo y de los 'que ya hemos ha– blado. Finalmente, siendo Guardián de Murcia y Definidor Provincial falleció en di– cho convento el 17 de febrero de 1665 (Cfr. Ct'ónicas de la Provincia de Valrncña. P;i.rte TT. pp. 101-107.-,Ms. del Archivo Provincial de Capuchinos de Valencia).

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