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LA MISIÓN DEL CONGO 449 vieron dos mies 1 es aguardando -embarcación para Lisboa, muy agasaja– dos de los Padres Recoletos die nuestro S. P. S. Francisco, que llaman de San Antonio, y tienen una provincia separada de los de Portugal. En el ínterin salió de Loanda el Gobernador Luis Martínez de Soussa Chichoro con <los Padres italianos que v,enían a Roma por orden del Prdecto a negocios de ,la misión, y porque ,el viaje no car,eciesie die tra– gedias y trabajos, como los demás, y se halle en el fin alguna propor- ción con los principios, sucedieron los lances siguien~es. · 9.~Salió, pues, de 1Loanda -dicho Gobernador con los dos religio– sos referidos y dos sobrinos suyos y e'l día d·e nuestro P. Santo Do– mingo, al amanecer, descubrieron tierra y cerca de 'ella un navío de ho– landeses. Aoercóse éste con velocidad a la fragata en que iba el gober– nador con los demás que salie~on en su compañía de Loanda, y a po– cos lances la apresaron los holandeses, alzándos·e con cuanto llevaba, que, según los prácticos, importó la presa más de un millón. Pelearon los portugueses valerosamente; mas al fin murió d gobernador de un mosquetazo y otros camaradas suyos ; con esta -desgracia desfallecieron los demás y se rindieron al holandés. Después mandó .salir de la fra– gata a los religiosos y portugueses que habían quedado y los echaron en una isleta desierta, llamada <le la Traición, para que pereciesen de hambre. lO.--Tomó luego la fragata con ochocientos negros y lo demás que halló en ella y se volvió a su factoría ; con esto quedaron destituídos de remedio humano; enterraron ·en dla al gobernador difunto, habien– do alcanzado su cadáver por gran favor de los holandeses. Pasaron seis días en este trabajo, sustentándose de hierbas y alguna fruta o raíz que hallaron, al cabo de los cuales, viéndose perecer sin remedio, se alen– tó un marinero a vadear tres ríos muy caudalosos que entran en el mar, y de esta suerte atravesando algunas leguas, parte por agua y par– te por tierra, zozobrando •entre mil peligros, llegó y <lió aviso de lo que pasaba a una fortaleza de portugueses que llaman Copay. Admiráronse del valor del. marinero y al instante alistaron una faluca con socorro competente y fueron por los ,de la isla ; después los condujeron a la fortaleza y desde allí a la dudad de Copaiba y a Pernambuco, die dond:e los religiosos italianos se embarcaron para Lisboa y desde allí pasaron a Roma. 11.--No fué disímil a esta la tragedia de los Padres Fr. Antonio die Terud y Fr. Buenaventura de Corella, pues al cabo de los dos meses,

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