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MISIONES CAPUCHINAS EN ,\FRICA falta a su obligación y resiste a la ordenación divina: /taque qui t'esÍ– stit potestati, Dei ordinationi resistf.t. Hasta aqu~ ninguno de sano juicio y voluntad recta hallará qué replicar ; en lo que pueda ser tenga alguna duda es en si les debe los mismos obsequios al rey o príncipe tiranos y crueles, que a lo,s buenos y ajustados a sus obligaciones, a 1o cual responde San Pedro en su primera canónica diciendo : «Que no s,ólo se debe honrar, servir y obedecer a los buenos y modestos., sino también a los díscolos, sean como foer,en» ; en lo cual está depositada la ma– yor excelencia del vasallo y súbdito, pues obedecer y servir al princi– pie y superior cuando manda con justificación o castiga con la misma, no es obra de tantos quilates, como padecer en silencio y rendimiento los atropellamientos, afliccione 1 s e injusticias que se suelen ofrecer. Haec est en.frn, gratia si /wopter Dei conscientiam. mstin,et quis trist;tias, pa-tiens inj1ts,te (1.36). 3.-Muchos, ignorando esta tan saludable doctrina o precipitados de sµs genios y malas inclinaciones, en lugar de sacrificarse a su obli– gación y de dejarle a Dios ,su causa, atropellan por todo y sacudiendo el yugo de la obediencia, se constituyen no sólo fiscales y verdugos de sus príncipes y cabezas, sino también jueces y superiores para qui– tarJes la vida, pareciéndoles que Dio,s s,e tarda o que' no ve las injus– ticias que padecen; mas es engaño manifiesto, pues, como dice la Sa– biduría: H orrenáe et c-ito apparebit vobis; quoniam judiciitm durz'ssi– mum h.is , qiii praesunt fiet (137). Y poco después añade y die-e: For– tioribus autem fortio,, insta/t cruciatio: que no sólo ejecutará Dios en tales príncipes tiranos horrendos castigos y mayores en los que fueren más crueles para con sus vasallos e inferiore's, pero que tomará en ello la mano presto y muy presto : que eso significan las palabras del tex– to cito e mstat. De todo lo cual se infiere no ser lícito procurarles la muerte por terribles que sean ; y afirmar lo contrario es proposición herética. condenada por tal •en el. Concilio Constanciense . 4.-Era, pues, Don García II rey del Congo sujeto verdaderamente digno por sus prendas naturales <l,eJ reino que poseía ; tenía sutil inge– nio, juicio claro, liberalidad generosa con otras prendas estimables y en su per;sona representaba con respeto la májestad real ; de suerte' que , aun con ser de color negro, ostentaba la grandeza de un emperador y pudiera ser bien visto y atendido aun entre los grandes reyes y prínci- (136) I Petr., 2, 13 ss. (187) Sap., 6, 6,

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