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LA .MISIÓN DEL CONGO 375 6.-Con este designio pasó el P. Fr. Jorge a Gongo de Bata y ]e asistió Dios tan benignamente, que en breve tiempo redujo a nuestra santa fe católica a casi todos los herejes que allí había. Conseguido ese triunfo fué a San Salva:dor a dar cuenta al Prefecto ,de lo que había obrado ; allí se detuvo algunos días, hasta que le mandaron salir con el Padre Fr. Jenaro de Nola; a éste, para pasar a Luanrda, y al otro, para volver a Gongo de Bata a pros•eguir en aquella misión. Cuando salió de Matari se d,ejó am la ropa de 1a sacristía con intento ,d,e volver pr,es– to a aquella residencia, pero, como el Prefecto le ordenó o'l:ra cosa, tomó el camino para Matari y fué a rie.:coger la ropa y libros para lle– varla a Gongo de Bata. 7.-Prosiguió el viaje el P. Fr. Jenaro para Loanda, y el P. Fray Jorge partió de Matari para Gongo con la ropa. A las primeras jor– nadas le sucedió llegar a una liba:ta' donde poco antes había hecho mi– sión; halló la gente <l,e ella ocupada en varios ritos gentílicos y supers– ticiones. Reprendióla severamente y, con celo de la honra <le Dios, co– menzó a dar con el báculo a los ídolos para hacerlos pedazos a su vik– ta; mas, apenas vió íla gente el ,destrozo que iba haciendo, cuando en lugar <le huir, como lo tenían de costumbre en llegando los misione– ros, a guisa ele unas furias inkrnales, así, hombres como mujeres, unos con palos y otros con piedras o con lo que hallaban más a mano, l'e acometieron de suerte, que le dejaron casi mnerto por los muchos gol– pes que le dieron. 8.-Al principio , como los vió tan resudtos, quiso detenerlos por que no pasasen con daño de sus almas y <le sus vidas a ejecutar la ven– ganza de ,sus írdolos destrozados ; pero nada bastó para templar su odio, y así, cercándole por todas partes, le dieron tantos palos y golpes, que le ,derribaron en el sue1o. Como le vieron casi muerto, comenzaron a huir los más ; pero volviendo ,en sí, como pudo se: incorporó y le pidió a uno que le ·diese por amor -ele Dios un poco -dé agua por ser grande la sed que le afligía, así. por la ocasión de la fatiga del camino porque acababa ,de Hegar ,entonces, como por la de üos palos. Fué el negro y, en lugar de agua, le trajo un vaso de vino dd país, que es el que sacan de las paJmas ; bebióle y luego inmediata:ment-e se 1e fué hinchando to– do el cuerpo, o porque el vino tenía ponzoña, o porque a'.I Padre áe co– gió tan molido y maltratado, o, finalmente, por concurrir jmTtas todas esas circunstancias, según se presumió por los efectos.

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