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374 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA 3.-Los primeros, pues, que en esta tan deshecha tormenta experi– mentaron los vientos furiosos de la persecución y consiguientemente el copioso premio del sufrimiento y humilde tolerancia, fueron los Padr,es Fray Jenaro de Nola y Fr. Jorge de Gela, los cuales murieron casi por el mismo tiempo, aunque no en un mismo lugar ni de una misma suer– te, pero sí, en cierto modo, perseguidos del rey. Mas porque ocurrió primero Ja muerte -del P. Fr. Jorge de Gela, hablaremos primero de él y de sus trabajos y después del P. Fr. Jenaro de Nola, con cuya dicho– sa vida y feliz tránsito pondremos fin a este capítulo . 4.-Vida y virtudes de,[ P. Fr. Jorge de Ge'la.-El P. Fr. Jorge d,e Ge'la, de nación flamenco, fué uno de los religiosos que pasa.ron al Con– go en la tercera misión. Alistóse en ella siendo de edad de v-eintiocho años, poco más, y c.on las reglas y cartilla de la lengua conguesa que trajeron a Europa los Padres Fr. Angel de Valencia y Fr. Juan Fran– cisco de Roma, se hizo bastantemente noticioso en breve tiempo por ser de claro y perspicaz ing,enio. Vivió poco tiempo en la misión, pero trabajó mucho en ella, mientras pudo, no sólo -en la conversión de los negros sino también ·en la de los holandeses que residían entonces en aquel reino. Tuvo su residencia ,en el señorío de Matari, que goberna– ba en aquel tiempo cierta señora parienta muy cercana del rey, la cual pidió con instancias al Pr-efecto le ,envías-e religiosos que cultivasen su estado. Concedióselos y mandó al P. Fr. Antonio María de Monte– prandone cuidase de aquella misión, cuando fué ,este religioso al con– dado de Sundi, en cuyo viaje desde San Salvador •está Matari. Trabajó allí por •espacio -de seis meses con mucha aplicación y fruto y después pasó a Sundi y k' sucedió ,en aquella misión el P. Fr. Jorge de Ge1a, el cual continuó los ejercicios establecidos y conversiones , hasta que por orden del Prefecto pasó al ducado de Bata. 5.-La causa que intervino para esta mudanza fué que dos holande– ses católicos, a quienes los nuestros habían reducido, le pidieron al Pr.efecto que, respecto de hallarse muchos de su nación, que aun eran herejes , en Gongo de Bata, por causa ele las ferias que allí se hacen, y otros que acudían de otras partes de los que fueron echados de Ango– la, cuando recup·eraron los portugueses sus plazas, seria conveniente el que asistiese en aquella banza -el P. Fr. Jorge de Gela, para predicar– les, así por entender este religioso su lengua, como porque tomarían mejor de él cualquier buen ejemplo que de otros, por ser su vecino y paisano y estar v,ersado e·n las controversia s de los errores y engaños que padecían.
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