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LA MISIÓN DEL CONGO atrevió a poner en ella sus manos. Lo más que hizo fué dejarla •en la población desterrada por d rey; allí vivió con gran trabajo y miseria has,ta acabar la vi<da, según ,dijeron algunos, pero lo más cierto fué, como dijeron otros, que dentro de poco tiempo le cortaron la cabeza y lo mismo al fidalgo que la llevó, porque le había perdonado la vida. Ello no s,e supo jamás del fin de la buena princesa, porque, atemoriza– da la gente ·con tan crueles castigos, 110 sólo 110 respondían a lo que los Padres les preguntaban, pero aun de s,í mismos se cautelaban por– que no se ejecutase en sus personas y familias semejante destrozo. 11.-Todo esto hizo el rey Don García con notable disimulo y se– veridad de rostro, sin mos,trar en ese tiempo el menor sentimiento a los religiosos, antes bien acudía con la misma puntualidad que solía a1 con– vento y a 1a iglesia. Sintiós•e ,empero en el reino grandemente este trá– gico y lastimoso suceso y fué sin duda arbitrio de Satanás el mal acuerdo del rey dirigido a disponer la total ruina de la misión. Vióse ser así, pues los intérpret,es rehusaban entrar en la iglesia y aun el ha– blar en otra parte a los religiosos. El pueblo no asistía con aquel fer– vor y frecuencia a las pláticas y ej ercicios, como de antes, y, en fin, hasta los muchachos de la escuela y estudio se comenzaron a retirar, y, pues 110 hicieron lo mismo todos Ios ,d.emás de la corte, fué mara– villa. · 12.-Gran prudencia y mucho [temor] ,de Dios es menester para gobernar las acciones los ministros evangé-licos en tiempos tan calami– tosos ; pulsaron con toda discreción al enfermo y, no hallándole reme– dio ,eficaz por entonces, remitieron a Dios y al tiempo la cura; arbi– trio a la v,erdad cuerdo, tolerar un mal menor para obviar otro may;or. Muchas y muy malas hubieran sido las consecuencias de la tragedia re– ferida, si .a aquellos Padres les ,hubiera faN:ado la ,debida madur•e7. y a su gran celo .algtmas de las cif.cunstancias que componen esta excelen– te virtud, las cuales son tantas y piden tanta discreción, que por eso viene a ser muy difícil ,de practicar con d debido acierto. 13.-Un maravilloso ejemplo tenemos en •el Evangelio para nuestra enseñanza en las ocasiones de semejantes contratiempos ; dibujónosle el maestro de la vida, Cristo Jesús, ·e'll aquella parábola de la cizaña. Arrojóla entre el buen trigo Satanás: Jnwnicus ho111,o hoc fecit; pero celosos los siervos del Padre de familias y compasivos de ver en he– redad tan hermosa y s,embrada ,de buena semilla tal plaga de cizaña que la consumía y sofocaba, J.e pidieron 1.icencia para ir a arrancarla en
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