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MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA sacerdotes y _oráculos por ser granc1es hechiceros con pactos explícitos con el demonio. Fué a su casa ,de éste, que vivía en una libata cerca– na a la banzét de Bamba y le prendió para hacer inquisición de sus dia· bólicos enredos y descubrir las sinagogas de Satanás que él goberna– ba, para castigar a los cómplices y pegar fuego a las cosas e instru– mentos de que usaban. El hallazgo de esta mina infé'rnal fué de gran consecuencia para adelante, porque con eso se descubrieron muchas supersticiones que ha_bía ocultas en el rdno y se puso toda eficacia en extinguirlas, Jas cuales hasta ,entonces no habían sido entendidas de los religiosos por celárseJas la gente y especialmt11te los nobles. 14.'-Era el tal patriarca nganga un viejo de más de set,enta año3, el cual, ,desde fiempo inmemorial, const'rvaba en su familia aquel oficio y dignidad. Registró el P. Fr. Bernardino la casa y haUó cinco o seis klolos ; dos grandes, el uno con cara de hombre y d otro de mujer; los demás eran pequeños. y, según decía el viejo, éstos eran hijos de los grandes. Mandó1es a los muchachos cargasen con ellos y él se Hevó a:l viejo a la banza y 1 en el camino le confesó todo lo referido, añadien– do que su vida y la de todos los de su linaje consistía en la fiel guard:1 ele aquellos sus dioses, a quienes tenía puestos sus nombres particu lares. 15.-El re'ligioso hizo lo posible.• para sa,carle de aquel engaño y por última diligmcia mandó hacer una hoguera y echó en ella uno de los iclolos, ,el cual al instante se convirtió en cenizas. Apenas le vió el vie– jo arcl,er, cuando comenzó a hacer gestos y visajes espantosos o por el sent,imiento de ver se le quemaba su ídolo, o por évdmiración de que no les sucedía desgracia alguna a los circunstantes, como él había creí– do. Al fin vino a confesar el engaño 1 en que había vivido hasta enton– ces y con muchos ruegos le pidió al Padre lt' diese libertad, ofrecién– dole no volv,er más a su oficio. El religioso le consoló con buenas ra– zones y con esperanza del perdón, pero juzgó por más conveniente al bien público no proced,er allí contra él sino remitirlo a San Salvador con los í,dolos, para que le constase al rey d suceso y supiese lo que tenía en su reino y procurase ,evitarlo. 16.-Estanclo -los Padres en esta resolución, llegó a la banza un fi– dalgo mozo de San Salvador a ciertos negocios del rey con el duque. Había siclo este cabaHero discípulo ele gramática del P. Fr. Antonio de Terut'l y, como era conocido y su maestro se hallaba entonces en la
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