BCCCAP00000000000000000000767
LA MISIÓN DEL CONGO 333 cosas de esta vida, materia en que reparan todas las naciones del orbe y especiaqmentie los turcos por su nativa avaricia. Con ,eso y ver que los nuestros apHcan únicamente su cuidado eh aqudlas tierras de sus dominios a la salvación de las almas, sin atender a o,tros fines tempo– rales, no corifermes a la p1iedicación evangélica, no sólo' Les permite en sus reinos en ; difer,entes misiones, pero hallan en todas partes buen pasaje. 12.-Es muy digno de memoria .el suoeso que J.es aca,eció a dichos Padres en este ti-empo con ell abuelo de Mahomet IV, que al presente tiene el cetro del imp,erio otomano, hallándose ambos ,en Constantino– pla, celebrando ,en ,el barrio' de los cristianos ia proc-esión del Corpus. Sucedió, pues, que al mismo tiempo acertó a pasar por la misma caHe el G,r:an Turco -en su carroza, y, admirado éste, sobre curioso, de ver la devoción y reverencia con que hacían su procesión los cristianos, mandó parar el coche y que el Padre que llevaba la custodia se• ac-er– cas,e al ,estribo para verla. 13.-Lle-gó el neligioso y los cristianos con sus luces y le preguntó qué función quería ser aquella. A lo cual respondió : «Que aquel culto y solemnidad se 4a consagraban los cdstia:nos a la Maj,estad suprema d,e Cristo, hijo de Dios vivo, que por nuestro amor y su infinita mi– sericordia se había hecho hombre y re<limídonos con su pasión y muerte de.'l pec8!do y del infierno y merecí-donos la gloria eterna; e1 cual, como todopoderoso y amante finísimo die sus redimidos, después de muert,o y l'lesucitado, quiso quedarse para siempre ·entr,e nosotros sacramenta– do debajo de aquellos acddent•es que veía en la sagrada hostia para remedio común ·de nuestras necesida,des, y que, en memoria y agra– de,cimiento -de tan soberanos beneficios, le ofrecílan aquel culto y reve– rencia cada año, según S. M. veía.>) 14.-Mandó1e después que se acercase más para ver bien ei1 viril ; puso las manos en la peana <le la custodia, sin quitarse los guantes y, lleno de admiración, prorrumpió en estas palabras: «Grande es vues– tra f.e, grande ,es vuestra fe, grande es vuestra fe.» Apartó füs manos y mandó prosiguiesen su prooesión; dí.jale el religioso entonces s,e sir– viese S. M. <le da:de los guantes, porque, hab1endo tocado con ellos cosa tan sag-ra:da, no era justo ni decente sirviesen a usos profanos ni a oosa que no fues1e del ctfüo divino. En oy,endo esto, s,e los qui,tó al: instante y se los <lió sin pasar a más razonamientos. Partió luego el coche y con eso prosiguió Ja procesió-n,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz