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LA MISIÓN DEL CONGO ra el Congo se habí-a partido ya para una misión de Bersia (99). Por es-ta causa no s·e •envió Obispo al Congo ,entonces, según se deseaba y conveníla, y, porque no se r-etardase más la embarcación, mandó Su Ma– j,estad al Consejo de Indias librar cuanto antes los despachos, como lo hizo ,en la forma siguiente. 6.-EL REY.--Mis Preisident,e y jueces oficiales de la Casa de Con– tratadón de fa ciudad de Sevilla: Fr. Ang 1 el ,de Valencia, de la Ord-en de los Capuchinos, me ha representa,do por la vía d·e mi Consejo ck Esta-do, que, habiendo pasado al reino del Congo con licencia mía en compañía de los primeros misioneros de su Rdigión, que fueron a él, después de muchos trabajos que pa<l·ecieron, ise les a,dmiti•ó para fa proe– dicación y ,enseñanza de nuestra santa fe católica. Y, reconodendo aqu.e1 1iey el fruto que habían hecho y cies·eando s·e continuase la predicación, l.e envió para su embajada para que en su nombre acudiese a S. S. y a mí y pidies,e obr,eros que nuevamente volvi,es,en a la predicación del Santo Evangelio ; para cuyo •efecto se. necesitaba de cuarentra y tres. re– ligiosos, por traer a su cargo dos misiones : la una en ,el r,eino del Gongo y la otra en ,el del Benin, para !la cual ~e había nombrado l'a Sa– cra Congregación de Propaganda Fide por Prefecto, y que, resp,e.1eto de su instituto y pobreza y que viven de ·limosna, no podrían ejecutar su in– t,ento por sí solos, suplicóme que para que obra tan del servicio de: Dio-s tenga efecto, fuese servido de dar licencia a algún capitán dueño de mar para que los llevase', concediéndole permisión para que de aque– llos reinos pueda sacar afguna canHdad <le ·esclavos negros y navegar– los a los puertos de las Indias, pagando los derechos que debiese. Y ;,abiéndoseme consultado sobre ello por .e¡: dicho mi Consejo de Esta– do, tuv<': por bien de remitir al de Indias el punto de la lioencita de s::icar esclavos deJ r,eino del Congo para llevarlos a ellas, ordenando se vies·e lo que convenía hacer y s,e me consultase. Después de lo cua~ reso1ví por consultas ,de dicho mi Consejo de Estado y de la Junta de Portu- (99) Efectivamente: así sucedió. El Cardenal se opuso resueltamente al envío ele dicho Obispo al Congo, pretextando el derecho de presentación por parte del rey ele España. No obstante que el P. Angel de Valencia insistió ante Felipe IV, expo– niendo que dicho Obispo no llevaba más fin que atender a las necesidades de la mi– sión del Congo y para que pudiese ordenar sacerdotes, y no obstante que el Consejo de Estado, vistas las razones del P. Va,lencia, las dió por buenas y mandó al Car– denal Albornoz no se opusiese al nombramiento de 'dicho Obispo, cuando se comunicó a Roma esa decisión, ya el mencionado Obispo l1abía partido para Persia '(Cfr. el me– morial del P. Valencia y las contestaciones del Consejo de Estado (Simancas.-Esta– do, Leg. 2.669) en nuestro trabajo Los Capuchin(¾ españoles en el Congo y sus tra– bajos en pyo de la fot'mación del clet'o indígena, en España Misionem, II (1945}, p. 200-206).

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