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LA MISIÓN DEL CONGO 173 guno de urbanidad, •devoción y agasajo , y, lo que ,es más, que en me– dio de sus imaginados recelos, oían con aprecio y reverencia las amo– nestaciones y correcciones que los Padr,es les hacían, y singularmente el conde. Al fin se ,desengañaron totalmente y convirtieron las sospe– chas en agasajos y corrieron de esa suerte los Padres hasta que llegó la respuesta y tomaron mejor forma las cosas. 19.-Vida y virtudes de Fr. Angel de Lorena.-Por conclusión de ,este capítulo se nos ofrece de paso la muerte de Fr. Angel de Lorena, religioso lego, qu,e residía en Soño en compañíia de Ios Padres Fr. Juan de Santiago y Fr. Buenaventura de Sorrento, la cual acaeció poco an- . tes que llegas,en los Padres <le la s•egunda misión . Fué, pues, Fr. Angel hijo de la Provincia de Toscana y varón de ,e:xccdentes virtudes; sirvió muchos años de ,enfermero ,en el conv,ento de Roma y ej,ercitó el mis– mo ministerio en la misión, con tal gracia y caridad, que era d des– canso y alivio <le lo s rdigiosos ; para todos se mostraba madre piado– sí,sima, que así llama,ba nuestro P. S. Francisco a sus fraifes !:egos, y él, por satisfacer a ese nombr.e perfectamente, no sólo sangraba y cu– raba diligentement,e a los religiosos, pero, en habiendo acabado con su asistencia, r•ecorrila las casas de los pobres •enf.ermos de la ciudad, que, como faltos de médicos y medicinas, padecían gran trapajo y miseria. 20.-Los ratos que, después de cumplir con su obligación or:dina– ria, k quedaban libres, los ,empleal:>a en enseñar a los niños las lieta– ní'as de nuestra Señora y, poniéndose ,en medio de ellos, los E.'nsayaba en él modo cómo las habfan de cantar, para lo cual tomó muy a p,echo el estudiar la lengua y llegó a entenderla bastantemente. Con los niños huérfanos t,enía especial caridad y los socorría cuanto le era posible y enseñaba las oraciones. Llegó el día de su mue'rte y se dispuso con los Santos Sacramentos y fervorosísimos actos ; a todo se halló pr,esente el conde con sus fidalgos y se admiraron de ver la buena disposición con que un pobr,e capuchino sale' de e.sta vida miserable y el gozo con que el siervo de Dios rindió su espíritu al Creador. Acompañaron to~ dos el ,entierro, y los pobr,es y huérfanos, como tan beneficiados de su mano, hicieron el duelo , mostrando •en sus lágrimas y sollozo,s la pena que tenían por la pérdida de su bienhechor. Consoló Dios a sus dos compañeros con la llegada de los nuevos misioneros y ellos le dieron las gracias por eJ nuevo socorro (42): (42) Fr. Angel de Lorena, llamado también de Nancy, excelente enfermero , fa– lleció el 12 de marzo de 1647. El P. Santiago (Ms. c., p. l.49) habla de él con gran– des encomios, /

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