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LA MISIÓN DEL CONGO Era este siervo de Dios hombre de singular purE.'za y de natural muy cándido y sin doblez, grandemente aplicado a los ejercicios de }a propia abnegación y de la oración ; llegó a cons,eguir un muy alto grado de contemplación, y tanto, que padecía en ella muchas veces raptos, éxtasis y otros exc,esos mentales y soberanos. Sus conversa– ciones ordinarias eran siempr,e de cosas cdes-tiales y sus palabras tan inflamadas <lel divino amor, que le causa):)an suavísimos dé'liquios y enardedan los ánimos -de los que las oían. 18.-Es apoyo de su grande y caisi continua elevación de espíritu lo que r-epe'tidas v,eces solía decir cierto conde· aragonés, muy afecto de la Orden, en ocasiones que se ofreció oír hablar al siervo de Dios con la condesa su mujer, señora muy virtuosa, que dE'spués fué capu– china, fundadora del convento de Hueisca. «Temo-decía-que el Pa– dre Fr. Miguel y la condesa, ,en alguna de estas sus conferencias e'Spi– rituales, se nos han de subir al cielo y volar por esas nubes.» Muchas cosas particular.es le acaecieron de grande ,E.'dificación, cuya memoria omitimos, por no dilatar el volumen más de lo justo ; mas espero en Dios no faltará en su provincia quien a su tiempo haga' debida con– tnemoración de ,ellas (40) . 19.-Habiendo, pues, acaecido la muert,e del Padre Fr. Miguel de Sessa, tomó compañero Fr. Francisco d-e Pamplona y, guiado de.' su fervoroso celo, partió luego para Roma a los veinticuatro de junio de1 año 1646. En llegando presentó las cartas del Prdecto al Papa, a la SaJcra Congregación y al Pr-ocurador General de la Orden, a todos los cuales informó de la feliz entrada de la misión en ,el Congo, de los progresos de ella y ,de la necesidad que tenía de mayor número de ope– rarios. Con este informe y por acuerdo de Su Santidad, cometió la Sacra Congregación la comisión de presentar doce sujeto,s idóneos a1 Procurador General de la Orden; ,el cual, con la br,eve,dad posible, la puso en ej,eicudón y nombró los religiosos siguientes. 20.-Primeramente, por Superior y cabeza de los demás, al Padre Fr. Dionisio de Piac,enza, varias v•ec,es Definidor de su Provincia y Visitador general de otra,s y misionero apostólico -en el reino de Túnez por algunos años; al Pa<lre Fr. Juan María de Pavía, de la Provincfa de Bolonia, de donde era también natural el Padre Fr. Dionisio. A (40) El P. CIAUR.RIZ, o. c., p. 244-49, trae la biografía del P. Scssa y pone como fecha de su muerte el año de 1647 en Zaragoza. Creemos sin embargo haya sucedido su nmerte en 1646, pues todos los historiadores dicen tuvo lugar poco tiem– po después de su llegada.

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