BCCCAP00000000000000000000767
160 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA solarse con ellos, a muchos de los cuales administraron los Santos Sa– cramentos, aunque con cautela y secreto, por los riesgos que se po– dían seguir. 9.-Pidieron luego audienc,ia al Príncipe y ordenó que fuesen a ella con hábitos de s•eglares, a fin de que ·no les sucediesen algunos malos tratamientos de los herejes. Dieron su embajada y ésta contenía, en suma, la queja d-e que los directores de Angola y de aquellas costas no daban lugar a que pudiesen entrar en el reino del Congo los Ca– puchinos, siendo llamados dd rey, si no llevaban pasaporte de los su– periores del Parlamento y comercio ; por lo cual pedía ,el rey a Su Al– teza mandase dar su despacho para que , pues eran amigos, no se les embarazase el paso en adelante, además de no haber motivo justo para contradecirlo. 10.-El conde Mauricio de Nassau, aunque hereje, mostró a los embajadores especial afecto y deseó cuanto pudo ,el buen logro de su pretensión ; mas n? hubo forma de conseguir lo que pedían, a causa de: que el negocio pendía no sólo del Príincipe sino también del Parla– mento ; por lo cual fué preciso acudir a él y proponerle por medio de un memorial. Esta diligencia fué también infructuosa para el caso , porque, después de muchas alte·rcaciones, respondieron con la negati– va. siendo el promotor de ella en particular un hereje celante de mala dig estión, que en público Parlamento se levantó y dijo que de ninguna manera se debía conceder tal pasaporte, pues permitiendo ellos que entrasen los Capuchinos en el Congo a s,embrar la doctrina de los pa– pistas, que así nos llaman a los católicos romanos, cooperaban en un pecado muy grave por el cual los castigaría Dios severamente. 11.-Con esta contradicción enmud,ecieron todos y nadie se atr-evió a impugnarl e. Volvi-eron al Príncip,e por 1a respuesta para el rey y por el pasaporte para su viaje; y, antes de salir ele La Haya, los consoló Dios concediéndoles más que ped~an y castigando a los here jes con proporcionada pena a su -delito ; porque por el mismo tiempo llegó la nueva de cómo ya habían perdido Pernambuco y alcanzádola los por· tugues•es, y que · éstos mismos pasaron a Angola y se apoderaron de ella, desterrando d,e todos aquellos mares a los holandeses. De esta suert-e castigó el Cielo la culpa del Parlamento en negar petición tan justa y por toda, buenas razones debida; para que s-e entienda que: Per quae pecwt quis, per h(J)ec e,t ,torq1tet1.w (35): y tambi én que: Mul (35) Sap. , 11, 17.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz