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LA MISIÓN DEL CONGO 159 e inopinadamenbe encontró en él gran número de gente·, que, por la noticia que había corrido en la comarca, había vénido en seguimiento de los Padres, cargados hombres y mujer,es de niños para que se los bautizasen; pero , por presto que llegaron, ya habran partido en conti– nuación <le su viaj,e. l}alló el Padre Fr. Juan Francisco muy descon– solados a los pobres negros y ya a purnto de volv•ers-e a sus casas; pero, en llegándose a ellos, comenzaron a -dar voces -de alegría y jú– bilo y juntos todos se pusi<eron a sus pies, pidiéndole bautizase sus niños y les ,echas-e la bendioión. Refiriéronle lo que había pasado y cómo habían caminado muchas leguas por alcanzarlos ; pero que, vi,en– do los habían perdido •en aquel tránsito, estaban ya resueltos a volver– s,e, si no aóertan a verle que iba hacia ellos. 6.-Admiróse el buen Padr,e y no cesaba de· dar gracias a Dios de que le hubies,e tomado por instrumento para •el socorro espiritual de tantas almas ; bautizó todos los párvulos y adultos que no lo estaban , consolóles y dióles ila bendición y, al fin, ,encontró en el mismo sitio el Santo Crucifijo. Prosiguió su viaje y r•efirió a los compañeros lo que queda mencionado, y en hacimi,ento de gracias cantaron el himno . Te Deum laudamus y en estos y s,emejantes ,ejercicios pasaron el tiem– po hasta llegar a Angola, dond,e fueron muy bien recibido s de los di– rectores. 7.-Entregaron las cartas -del rey en qu,e con todo ,empeño k.·s pedía diesen embarcación para Holanda a dichos Padres . Ofrec,ieron hacerlo en la primera ocasión y asíl lo cumplieron ; pero no tuvo ef.e~to hasta después de mes y medio. Detuviérons•e a esperarla ese tiempo y en el ínterin se ocuparon en cultivar aquella parte de católicos que res,idía en Angola, que, como carecían de sacerdotes, 1-es fué muy provechoso su arribo, y los asistieron con mucha caridad en sus neoesidades hasta que se hicieron a la V·e'Ja en un baj,el que navegaba al Brasil, que fué el día de la Purificación de Nuestra Señora, a 2 de f.ebrero de 1647. 8.-Tar,daron en Uegar a Pernambuco cuarenta días y, en desem– barcando, supieron cómo habfan esta,do allí los Padres g,enoves,es pri– sioneros y que ya habían llegado a Holanda todos, exoepto el que mu– rió a vista de Canarias, que fué se'pulta<lo en el mar. De Pernambuco, después de algunos dfas, partieron con tres navíos y, después de tres me– ses -de nav,egaciólÍ, llegaron a desembarcar a Holanda; pasaron desde el puerto a La Haya por tie'rra, que es la corte del Príncipe de Oran– g-e, <!!donde por ,espacio de cincuenta días y más que los detuvieron antes de despacha.rllos, concurrieron mucho s católicos a verlos y con-
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