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MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA 3.-Los trabajos que padecieron estos dos Padres en su viaje has– ta llegar a Angola no son ponderables, pues, además de ser de muchas leguas. y la mayor parte desierto, le pasaron en tiempo de Adviento, cuyos ayunos son de precepto para todos los M•e'nores, y con tanta in– comodidad y falta de manjares, que s,e sustentaban con raíices y legum– bres cocidas con sal, y de ésta carecían no pocas veces. Dormían las más noches en la campaña, cercados de fie ras y con mil sobr,esaltos ; afligíanles los mosquitos y otras sabandijas molestas del país, y así de dÍJa como de noche ,eran ordinariament,e combatidos de las influen– cias de los elementos, lo cual duró por espacio de mes y medio. Pero si fueron grandes las penalidad,es y fatigas de este tan dilatado viaje, no fueron inferiore:s los consuelos espirituales con que la Majestad de Dios recreó sus almas, premiándoles de contado sus trabajos con favo– res visibles, pues fueron sinnúmero los niños y adultos que bautiza– ron •en el discurso del viaj,e, deteniéndose para e:ste ,efecto y adminis– trar los d•emás Sacramentos, según lo pedía la necesidad; el cual es premio excelente de: los misioneros y el ·de mayor consuelo para tem– plar las fatigas ele su ministerio, pues, como dice San Dionisia Areo– pagita: Divinissimu-m omnium divinorum est cooperao-i in salutem ani– marum (33). Y la pluma del Espíritu Santo ,en los Proverbios: Eme eos qui dueitntur ad mortem, et qui tmhunt1w ad interitum, liberare, ·1~e cesses (34). 4.-Confinnó el Cielo lo dicho con el siguiente suceso ; pues ha– biendo dormido una noche, entre otras, en la campaña ,estos Padres, madrugaron por la mañana y comenzaron a proseguir su viaje. A cosa de media legua, poco menos, echó de v,er el Padre Fr. Juan Francisco de Roma que 1e faltaba la imagen del Cruc-ifijo que so1ía Uevar en el pecho y es el compañero inseparable de los misioneros ; comenzó a desconsolarse por tal pérdida y a culpar su descuido ; pero, discurrien– do se le habría caído en el sitio adonde durmieron, pidió a los com– pañeros se detuviesen allíl mientras volvía a buscarlo. Hiciéronlo así, y el bum religioso fué con toda diligencia al sitio, vacilando consigo cómo podría haber sucedido el caso llevando la santa imagen al cuello y bastant-emente afianzada. 5.-Con esta perplejidad, sin entender el mi sterio y secretos del Altísimo, llegó al sitio donde habían. descansado la noche precedente, (B3) S. DYONISIUS. De Coelesti Hieral'clvia. cap. 8, (34) Prov,, 24, 11.

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