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Cómo envíó el rey dos Padres de la mísíón por embajado– res: uno, al Papa, y otro, al príncipe de Orange, y cómo la Sacra Congregación nombró más misioneros a instan- cias de Fr. Francisco de Pamplona. 1.-La ocurrencia de los sucesos dé'l pr,esent,e capítufo pedía más di– fusa noticia <le 1a que daremos ; mas es preciso ceñirnos en la relación para recoger algunos cabos sueltos y enlazarlos aquí como en su pro– pio lugar, Tenemos ya ,en viaj,e dos embajadores, uno para el Sumo Pontífice y otro para el príncipe de Orange; llámannos esfas embaja das y süs efectos. Dejamos •embarcados y a la inconstancia de los ma– res a los siervos <le Dios Fr. Miguel de Sessa y Fr. Francisco de Pamplona con ,el capitán Falconi, que los condujo al Congo, y nos espera en su vuelta a Europa una no esperada tragedia, coronada con felicidad de sucesos, después de varios contrastes d,e fortuna. Estos y otros motivos, acre 1 edores de esfa historia, nos ,ej,ecutan aquí y es for– zoso saitisfa:cer a ellos, aunque con brevedad inexcusable y a cada uno por su orden. 2.--lLuego, pues, que los Padres Fr. Angel de Vakncia, Fr. Juan Francisco de Roma y el Hermano Fr. Antonio de Ayamonte dejaron al príncip,e del Congo en los ,estados de su padre y al cargo de los fidalgos· que lo ,esperaban, según se dijo en el capítulo pasado, prosi– guieron su viaje para el reino de Angola a solicitar embarcación para Holanda y ejecutar dos embajadas que traían del rey: una para el Papa y otra para el Príincipe de Orange. De la embajada de Su Santidad hablariemos en otra parte, que la ocurrencia de' los suc,esos no nos lo permite ahora; además, que las resultas de ella piden difusa menc,íón y oedieron ,en aumento de otra misión cliferrnte de la del Congo y en beneficio del r,eino de Benín.