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INTRODUCCIÓN XV desde su llegada se dieron a trabajar en ello; de otro modo sus es– fuerzos y ·sus fatigas hubieran resultado poco menos que inútiles al desconocer o no entender la lengua congo:lesa. Pero para eso se requería bastante üempo, factor muy impor– tante para los misioneros, y con obj,eto de que no pasara inútil– mente, les fué forzoso en los principios, y aun en los primeros años . va!lerse ,de intérpretes, incluso para la administración de1' Sacra– mento de la Confesión, con los peligros que todo esto deja suponer. Esos intérpretes unas veces eran naturales del país , que habían aprendido 1a Lengua portuguesa, y otrais, portugueses que l1evaban ya largos años viviendo en ,el Congo y ,conocían su lengua. Unos y otros eran pagaidos por el rey o por los oficiales y vivían luego a expensas del misionero, de las limosnas que a éste generosamente le daban los fielies, pues los Capuchinos no exigieron nunca retú– bución a:lguna por la administración de los Sacramentos, «siendo precisamente el desinterés-reconoce muy acertadamente el P. Ca– vazzi-, la base del éxito de nuestro ministerio» (12). Muy pronto los intérpretes , no contentos con la paga y con la comida, se volvieron interesados y avariciosos, hasta el punto de que, aun en contra de la terminante prohibición de los misione– ros, ,exigían ocultamente a Ios fieles limosnas y recompeQ.-sas, ame– nazándoles incluso con que no les valían los Sacramentos si se ne– gaban a darlas. Con ese proceder los fieles se retraían de fos Sa– cramentos, y el P. Cavazzi llegó a confesar con amargura que «las pérdidas espirituales eran proporóonadas a la poca vergüenza de esta gente pésima que hacía de intérpretes, así como por e!l escán– dalo que daban». Ha:sta el punto de que el P. Antonio de Teruel dice, por ·su pa,rte, que fueron «d~ ffi'l]cho estorbp para la conver- sión de las almasi> ( I 3). · Por esos múltiples motivos y por considerairlo una necesidad perentoria, los misioneros se dieron de Heno al estudio de la lengua, alcanzando al poco tiempo muy lisonjeros éxitos. De tal modo que a Jos dos años y medio, a primeros de I 648, el P. Juan de (12) !bid., Librci IV, cap. I, núm. 4, p. 255. (13) ANTONIO DE 'TERUEL, O. F. M. Cap. Descripción narrativa de la Mi– sión Seráfica de los Padres Capuchinos y sus progresos en el reino del Congo ..., con una adición de dos relaciones, una copiosa del Reino del Congo y costumbres de sus moradores. Ms., p. l.02. De dicha descripción hay dos textos distintos en nuestra Bi– blioteca Nacional: uno completo, el del manuscrito 3533, y otro el del ms. 3574, que no llega sino hasta el capítulo XXIV y lo restante son ,papeles que debieron servir para la composición de la obra tal como se halla en el otro manuscrito . Citamos siem– pre el primero.

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