BCCCAP00000000000000000000767
LA MISIÓN DEL CONGO 121 neros (28). Los director,es oyeron la petición y pidieron tiempo para responder, y que todo se lo dies,en por escrito. Con esa respuesta se despidieron los embajadores y ,el P. Fr. Buenaventura de Cerdeña, des– de la posada, les r,emitió un papel ,en que se contenía cuanto les había dicho de palabra, añadiendo otras razones -eficac,es que conducían al me– jor y más br•eve despacho de su pretensión. 5.-Tardaron en responder ocho días y, a} cabo de ellos, enviaron a llamar a los embajadores, citándolos para la casa de su contratación. En llegando, los introduj,eron ,en una sala donde estaban todos senta– dos en forma de tribunal, con su presidente y secretario. Repitió el Pa– dre su petición y cuanto había pre:cedido hasta entonces, a lo cual res– pondieron por escrito, mandándole al secretario kyes,e •en público el pa– pel de su r·espuesta, en el cual se contenían los tres puntos siguientes, que, sobre no ser del caso, sólo se dirigían a provocar al santo Padr-e, pensando vanamente que habían ele t riunfar de él; pero quedaron tan mal y con tal ignominia, que les pesó después de la tal provocación. 6.-En el primer punto lo que s-e contenía era hablar sacrílegamen– te de! nuestra Seráfica R,eligión, tratando al Padre con gran desacato, desvergüenza y audacia propia de herej,es, llamándole otro segundo Ju– das, que, con hábito humilde y razones suaves y fingidas, pret,endía en– gañarlos, añadiendo sobre eso muchas contumelias y palabras indignas de pronunciarse. En d segundo punto se contenían muchos vituperios y blasfemias contra la Iglesia Romana, contra sus fi.eles hijos y espe– cialmente contra -el Sumo Pontífice. En ·e'l tercer punto s·e contenían va– rio,s elogios y aplausos de su secta de Calvino, trayendo, para confir- • madón de sus ,errores, varias razones aparentes y de muy flaco fu.nda– mento, echando por clave de ·todas d decir que habían ,ellos cogido el navío d~l capitán Falconi -en que él y sus compañeros habíian pasado al Congo, gJ.oriándo1s,e mucho de este trágico suceso y haciendo de él gran misterio en apoyo de la eX"celencia de su s,eda caiviniana. 7.-0yó, pues, el santo Padre lo contenido en el papel con pacien– cia y s•erenidad -de ánimo, sacrificando a Dios sus propias injurias y per– donando a los que a.sí le' maltrataban. Pidió luego a su Maj;estad divina (28) Efectivamente : conforme al acuerdo celebrado entre el rey del Congo Don García y los holandeses, éstos se habían comprometido a respetar la religión cató– lica. Por eso, y en vista de su comportamiento con aquellos Capuchinos italianos, el rey envió a su confesor y capellán Don Manuel Roboredo y al P. Buenaventura de Cerdeña, como sus embajac\01·es, para pedirles explicación de su proceder (Cfr. PA– DRE HILDEBRAND, o. c., p. 97).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz