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LA MISIÓN DEL CONGO 77 han trabajado para quitar tan pernicioso abuso, pero como los causado– res .del <laño son los maníes y fidalgos <lel r,eino, y éstos son tan inte– resados en la mat,eria, no lo han podido remediar hasta hoy. Además, que el r-ey no s·e atreve a apretar demasiado en eso, te:mi,endo algún levantamiento contra sí, porque, como es e1 reino electivo, aunque aquellas ge•ntes son muy amantes de sus reyes y señores natural1es, con eso son inclinados a novedades y a r,ebelarse fádlmente contra ellos con cualquier pret'exto, y así hay guerras civiles entre -ellos casi continuas, que tiene:n destruído ·el reino. 8.-Los estilos de aquella Cork son varios y ostentosos en aquello que es capaz el país ; pero como no hay coches ni literas, no cuidan de otra cosa que de ostentar su grandeza con humas galas. La gente noble es muy puntosa y cer,emoniática; ,con •el tiempo se han ido pu– liendo y aún adelantándose en la vanidad. Regularmentt' hablando son de bue'n arte y capacidad, y casi todos entienden y hablan la lengua portuguesa. Su idioma propio ,es difícil <le aiprender y <lie hablar y en algunas provincias •es casi disímil. El rey tiene varios guardias que 1-e acompañan cuaindo sa1e ,de pa[ado y <le noahe y de día. También tiene su capilla de música de instrumentos y voces , y siempre, como no esté enfermo, asis'te a los oficios divinos y sermón, o a la catedral o a la igiesia d,el colegio ,de la Compañía o a la nuestra. Pero, sin embargo de ieso, tiene su oratorio en palacio y su capellán que 1e dice Misa. Para regocijar la Cort e suelen hac,er en la plaza mayor cierta fiesta que lla– man sangamento , y s·e reduce a safü los nobles en cuadrillas y hacer dertos alardes con las armas, unos de una parte y otros de otra, y lo mismo ·el rey, y después corren todos confusamente como que se van a coger unos a otros. Para este festejo llevan tambor,es y otros varios instrumentos de guerra, que hacen gran ruido , y to,d,os quedan muy gustosos. 9.-Las reinas nunca salen de palacio y se sirven de muchas damas y meninas, ni tratan c,on nadie si no es rc01n ellas, y tienen su palacio aparte y muy capaz, pegado al del rey. Cuando ést,e sale a algún viaj1e, va metido •t:·n una red muy rica de seda, con sus franjones y borlas de plata y oro, ,con sus almohadas de damasco y un quitasol ,de tela pr•e– ciosa. Esa rnd la toman de las puntas los ·esclavos y, atándolas a do·s palos, caminan con gran v,eloci<lad y, en cansándos,e ésos, toman otros los palos, y de esa suerte se van r•emudando. A éstos que llevan la red les dan •el nombre de caballos lig,eros, y en esa misma forma caminan en sus viaJes los manies y fidalgos y todos los que pueden, porque no

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