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6o MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA recuperando la salud. En lo espiritual los consoló, porque aquel mis– mo padecer y tan a secas, se lo convirtió e.n tanta dulzura de sus almas, que, viendo lo ocasionaba el haber procurado su mayor honra y gloria y el deseo de la salvación de los prójimos, no cesaban de darle gra– cias porque se había servido de hacerles dignos de padecer algo por su amor. Confortóles también corporalmente, moviendo el ánimo del con– de para que, en sabiendo su extr.ema necesidad, los socorriese cada día con limosna de aves, huevos y frutas. Y, si bien las primeras calentu– ras los ·rindieron a todos, con todo eso k conservó su Majestad algu– nas fuerzas a Fr. Jerónimo de La Puebla, Religioso Lego, que había si&o muchos años enfermero de Zaragoza, para que, en medio de su dolencia, pudiese asiS1tir a los demás, como lo hizo y con gran carida<l, sangrándolos, echándoles las ventosas, dándoles a sus horas los refres– co y aderezándoles la comida. 11.-Con eso, y principalmente con el auxilio divino, fueron pasan– do su trabajo y el examen que el Señor hizo de su paciencia y cons– tancia, del cual salieron con muchos medros ,espirituales y con mayo– res fervores para trabajar •en su apcstóiíco ministerio. Dió en esa oca– sión d conde muestras de príncipe generoso y de singular devoto de nuestro Seráfico Padre y de sus hijos los Capuchinos, pues en todo el tiempo que duraron las enfermedades, apenas hubo día que no les en– viase regalo y los fuese: a visitar personalmente. Y, si tal vez omitía esa diligencia por sus ocupaciones, enviaba un fidalgo muy noble a saber ,de su salud y si necesitaban de alguna cosa para su asistencia. Con que se ve aquí cuán bien les remuneró Dios el no haber sacado provisión alguna del navío y arrojado todo su cuidado en su amorosa y paternal Providencia. 12.-Vida y virtudJes de Fr. José de Anteq·uera, Predi,cador. Acerca de la vida y virtudes del Padr,E.' Fr. José de Antequera, hijo de la Pro– vincia de Andalucía, varón verdaderamente apostólico, lo que sabemos es que en atención a sus grandes virtudes le ocupó su Provincia en va– rios ministerios de la mayor confianza, como son los de: Maestro de Novicios, Guardián y Definidor. Fué hombre incan¡;able en la oración, mortificación y abstinencia, de profunda humildad y de caridad •exce– lente para con Dios y los prójimos. Esta le trajo por muchos años con perpetuas ansias de sacrificarle su vida en la conversión de los infieles a nuestra santa fe. Logró la ocasión y pasó con los demás a esta misión, dando a todos en mar y tierra grandes ejemplos en todas virtudes. Cortóle Dios los pasos tan a los principios, pe'ro, supliendo
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