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P. JosÉ ANTONIO DE DONOSTIA navarra, abierta a las auras literarias populares de Laburdi y Zuberoa. No la busquéis, en cambio, en la poesía popular guipuzcoana o vizcaina. Hay en la canción de amor vasco-francesa cierto matiz literario que la distingue de la de aquí. En el género poético de que hablamos, al mal de amores se le llama sukar, sukarmalina, ezkonmina, es decir, «fiebre», «fiebre maligna» «an- sias de casar». Es una fiebre que amenaza gangrenar a la persona, -gan- grenatzeko arrisku-, fiebre de la peor calidad, que devora el cuerpo y chupa la sangre: Sukarrik gaixtoena da amodioa: La peor fiebre, el amor: yaten deraut bihotza, edaten odola. me come el corazón, me bebe la san- [ gre. Es el mal de amores una tristura que se apodera del sujeto: Pldii niz bihotzetik, gaitza zer dudan eztakit, tristezia batek hartiirik. EnZike axolarik baliz erremediorik ene gaitza sendo ahal lironik. Ezta miindian barberik, bat baizik, ene gaitza zertarik den ezagutzen dianik; eta hura berantetsirik, baniagozu gaixua tristerik. Duéleme del fondo del corazón, cuál sea mi mal, lo ignoro; poseído (estoy) de una t r i S t e z a [ ( inexplicable) . No me preocuparía, si hubiera remedio capaz de curar mi mal. No hay cirujano en el mundo, sino solo uno, que el origen de mi mal conozca; y harto de esperarle aquí me estoy, triste y pobre de mi. En una canción muy conocida, muy vulgarizada en todo el país, Ituren ari nuzu, se habla del mal de amores, señalando así sus características: Ezkon-mina dutala zuk omen diozu: Dices que tengo mal de amores (an- [ sias de casar) : nik ez dut ezkon-minik: gezurra dio- No lo tengo: te engañas. L-zu. Ezkon-mina dutenak seinde dirade: Las señales de quienes tal padecen [son: mate1 hezurrak seko, koloriak berde. mandíbulas enjutas, color verdoso. Andrea, jan ezazu sagar gezamina ... Mujer, come manzana agridulce.. .

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