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sede, pueda, al mismo tiempo, ejercer el cargo de Vicario de la Orden franciscana en Darién y retener a su servicio dos religiosos de la misma. Presencia franciscana en Darién Cuando, el 26 de junio de 1514, llegó a Darién la flota de Pe– drarias Dávila, compuesta de veintidós naos y carabelas y mil dos– cientos colonos, fray Juan de Quevedo desembarcó acompañado de seis franciscanos. Sólo conocemos los nombres de cuatro de ellos: fray Juan de Escobar, fray Sebastián de Rivadeneira, fray Juan de Mendaña y fray Domingo de la Torre. Antes de cumplirse un año, tenían construido el convento, pues con fecha 2 de mayo de 1515 informaba Pedrarias al rey: "Se ha hecho un monasterio de franciscos, en que hay seis frailes que hacen mucho provecho, pero padecen necesidad". No fueron, sin embargo, los franciscanos que acompañaron al obispo Quevedo los primeros que llegaban a Darién. Al parecer, el primero que tomó contacto con las tierras del golfo de Urabá fue un tal fray Alexandre, que iba de capellán en el cuarto viaje de Cristóbal Colón, en los años 1502-1503. En 1508, en carta dirigida al Capítulo General que la Orden celebra en Barcelona, el rey Fernando el católico informa a los frai– les de sus planes de conquista de Tierra Firme y les comunica que "es bien haya allá tanto número de religiosos que puedan ir". Ese mismo año, fray Antonio de Jaén lleva al Caribe ocho misioneros, y en 1509, varios hermanos de la Orden acompañan a Alonso de Ojeda en su expedición a Tierra Firme. Fray Andrés de Valdés, morador en fechas posteriores de los conventos de Cubagua e Isla Margarita, y fray Alonso de Estova! fueron dos de los primeros franciscanos que misionaron en Santa María la Antigua. En relación con el padre Estoval, informes levan– tados en Panamá en 1524 hablan de "un fraile francisco que ha do– ce años que está allá (en Santa María de Darién) y quedó en lugar de fray Juan de Quevedo cuando (éste) se vino a Castilla, y es muy bueno: se llama fray Alonso de Estoval, natural de Ciudad Real, es comisario, muy amante y muy querido de los indios, cuya lengua sabe". Poco después del arribo de Pedrarias Dávila, llega a Santa Ma– ría la Antigua el padre Diego de Torres. Procedía de Santo Domin– go, a donde había llegado desde España en 1511. Probablemente, el padre Torres se presentó en Darién con un franciscano de raza india, natural de las costas de Venezuela o Colombia. En relación con este innominado franciscano -¿el primer nativo que tomó el 88

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