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disponía, cazó indios en las islas vecinas y trajo dos carabelas abarrotadas de esclavos. Mientras tanto, Juan Cerón había triunfado de su rival Juan Ponce de León y, en cuanto pudo cargar con las varas de la justicia, comenzó a repartir indios a man– salva. Cerón tenía las espaldas bien guardadas, pues el mismo Rey, en 1510, había dado órde– nes para que se repartieran cien indios tanto a Vicente Yáñez Pin– zón -el de los puercos y las ca– bras- como a Lope Conchillos. Ycomo siempre, el uso dege– neró en abuso. A tales extremos de maltrato llegó con sus indios encomendados don Cristóbal de Sotomayor que éstos, guiados por Agüeybaná, se sublevaron en el año 1511. En la rebelión murie– ron Sotomayor y los suyos, y el pueblo de Aguada pereció bajo las llamas. Un tal Juan González *A~;r l J'l·tT ~ ~~el)~ ~,~ XX®~ Petroglifos indígenas de Puerto Ri– co. (De la obra Pinturas indígenas de Borinquen de Roberto Martínez Torres). pudo escapar milagrosamente de la refriega. Pese haber sido herido con treinta y seis flechazos y una lanzada, llegó, no se sabe cómo, has– ta donde residía Ponce de León. Las autoridades de la colonia aplastaron drásticamente la revuelta herrando a los prisioneros co– mo esclavos, repartiendo en encomienda numerosos indios y de– clarando la guerra a todos los caciques de la isla. Ante el "requeri– miento" que se les hizo -el célebre requerimiento inventado para legalizar la conquista armada-, tan sólo se sometieron dos jefes in– dios. Los demás fueron vencidos en "legítima" guerra. Una vez más se había cumplido la eterna ley de la violencia: los poderosos abusan de los débiles, éstos reaccionan, pero su reac– ción sirve de pretexto para que los poderosos acaben de someter– los "justamente". Cabalgadas y entradas en busca de esclavos se sucederán unas a otras en la isla a partir de los hechos de Aguada. En 1513, a raíz del incendio de Villa Caparra provocado por los caribes, Juan López, Iñigo de Zúñiga, Alonso de Mendoza y Luis de Añasco lle– varon a cabo incursiones armadas en los territorios de los caciques 64