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ancestral y doctrina cristiana, era posible -y sólo así según Bola– ños- mantener en pie las "repúblicas de indios", las reducciones. Expansión y triunfo La primera reducción que organiza Bolaños y Alonso de San Buenaventura -la de Los Altos- les sirve de punto de partida para sus ulteriores establecimientos. La experiencia de Los Altos les ayu– da a examinar y poner a prueba el nuevo medio de modelación hu– mano-cristiana que proyectan implantar. Cinco años después, en 1585, los dos misioneros erigen la re– ducción de Ytá, también vecina a Asunción, con unos quinientos guaraníes que vivían dispersos por los montes. La tercera es la de Yaguarón, cuya iglesia, en pie todavía, es– tá considerada por algunos como "el más bello ejemplar de iglesias de estilo barroco-indígena de la América hispana". Al partir para España fray Alonso de San Buenaventura, Bola– ños se hace cargo de las reducciones de Los Altos, Ytá y Yaguarón, así como de varias doctrinas cercanas a la capital. Luego su acción misionera y civilizadora se extiende a Tobatí, Areguá, Pirayú y Caa– cupé, hacia el este de Asunción. Por el año 1607, Bolaños erige la reducción de San José de Caa– zapá, junto a uno de los afluentes del Tebicuary, donde más de cuarenta caciques aceptan la nueva forma de vida. El gobernador Hernandarias ayuda generosamente al establecimiento de la nueva reducción con herramientas de labranza, vacas, novillos y una fra– gua. Envía también un herrero y un carpintero. En 1611, Bolaños levanta la reducción de Yuti, un poco más abajo que Caazapá. Al año siguiente, las dos Custodias de Para– guay y Tucumán se funden en una sola Provincia, la de Nuestra Se– ñora de la Asunción del Río de la Plata, Tucumán y Paraguay. El padre Bolaños, que ha sido Custodio, es nombrado Definidor pro– vincial. Fortalecidos en número y estado jurídico, los franciscanos no sólo pueden ahora mantener las fundaciones hechas, sino tam– bién ampliar su número. Según un informe de 1617, dieciocho re– ligiosos atienden quince reducciones y doctrinas, "donde han hecho y hacen mucho fruto y provecho en la policía cristiana, sin haber llevado ni llevar salario ni estipendio alguno de ello". El mejor aliado con quien Bolaños y sus hermanos de hábito cuentan para la obra de las reducciones es el ejemplar gobernador Hernandarias de Saavedra. Trabaja hombro con hombro con Bola– ños y fray Martín Ignacio de Loyola y, en el sínodo de Asunción de 1603, declara obligatoria la reducción de los indios. 346

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