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A lo largo de su obra, Valadés inserta muy logradas ilustracio– nes de algunos de los temas que en ella trata: organización francis– cana del apostolado en México, las siete artes liberales, alfabetos mnemotécnicos, ritos y costumbres aztecas, la ordenación jerárquica de la Iglesia y del Estado, técnicas catequéticas empleadas por los franciscanos en Nueva España, los Sacramentos, el triunfo del cris– tianismo. El mismo da a conocer las razones que le movieron a ilustrar su obra. "Añadimos algunas láminas con el fin de que rápidamente se recuerden esas cosas, como también para que se conozcan debida– mente y con claridad los ritos y costumbres de los indios, y así, por medio de estos dibujos, se inciten las voluntades de los lectores a leer estas páginas con avidez y conserven en su mente aquello que más les haya agradado". Valadés no ignora que "las cosas que se ven mue– ven con más fuerza las potencias del hombre". Un alto aprecio por las ciencias relacionadas con el estudio del hombre, tan característico del Renacimiento, aflora constantemente a lo largo de la Rethorica. En el capítulo tercero de la primera parte, habla de cómo el orador "necesita echar mano de varios re– cursos científicos". En el sexto y séptimo, insiste en la utilidad que aportan las letras humanas para entender la Escritura, y explica có– mo deben utilizarlas quienes estudian teología. En la segunda parte del libro, da a conocer el funcionamiento de la vida vegetativa, de la imaginación y de la sensibilidad. Inculca, en particular, la im– portancia de la memoria y ofrece algunos medios para cautivarla. En la tercera parte, recalca, entre las virtudes humanas, la mansedum– bre y la amabilidad. Explica, así mismo, el modo de poner en mo– vimiento los afectos humanos. La cuarta parte trae una sorpren– dente "alabanza sobre los bienes materiales". Intento de síntesis de los altos saberes del Renacimiento La Rethorica Christiana de fray Diego de Valadés -seis partes, ciento veinticuatro capítulos, trescientas setenta y ocho páginas, veintiséis grabados- es, ante todo, un texto para formar buenos ora– dores. Trata de las propiedades del discurso, de las cualidades de la predicación cristiana, del oficio del predicador. Habla de la Re– tórica en sí, de sus divisiones y objetivos; la elocución; los tres gé– neros de causas (demostrativo, deliberativo y judicial); los tropos y figuras literarias, las diversas formas de argumentar; la pronuncia– ción, etc. Pero Valadés no se contenta con un texto, suscinto o ex– tenso, de Retórica; pretende que su obra sea algo así como un com– pendio de las ciencias que se cultivaban en su tiempo, una Summa summarum scientiarum, una síntesis de las ciencias más excelsas, 283
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