BCCCAP00000000000000000000764
También consta que el evangelizador dominico Gonzalo Lucero se servía de cuadros en sus catequesis de Oaxaca. Estos métodos visuales, cuyos remotos orígenes se pueden ras– trear en Europa -vidrieras policromadas, códices miniados, abe– cedarios con bellas caligrafías, como los de Leonhard Wagner o Ludovico Arrighi-, en México fueron heredados de la cultura az– teca. En los calmecac y telpochcalli o colegios náhuas, "se canta– ban las pinturas", es decir, los alumnos memorizaban himnos, tra– diciones y preceptos morales que estaban representados en muros y códices por medio de glifos ideográficos. El pintor de códices, el tlahcuilo, "diviniza con su corazón las cosas", según un cantar azteca. Luego los sacerdotes-maestros, los tlamatinime, que "vuel– ven ruidosamente las hojas de los códices, los que tienen en su po– der la tinta negra y roja" (la sabiduría), explican, enseñan, "nos di– cen el camino". Entre los aztecas los símbolos más venerados de la tradición y de la sabiduría eran los códices pintados. Sin ellos, en decir de los viejos cantares, el sol no brilla, la ciudad se derrumba, el pue– blo se desmanda y desaparece la música de las flautas. Ellos garan– tizaban la identidad del pueblo: "Nunca se perderá, nunca se olvi– dará lo que vinieron a hacer, lo que vinieron a asentar en las pin– turas, su renombre, su historia, su recuerdo". Conscientes de la importancia de este elemento cultural, los primeros franciscanos -entre ellos Tastera- lo utilizaron en sus catequesis y sermones. Cantos, bailes y representaciones escénicas El informe Oroz-Mendieta-Suárez dice que fray Jacobo de Tas– tera "hizo grandísimo provecho en los naturales también con repre– sentaciones, de que mucho usaba". Entre los misioneros francisca– nos de México, el primero que utilizó el arte teatral como recurso catequético fue fray Pedro de Gante. El mismo lo cuenta con lujo de detalles y dice por qué lo puso en práctica: "Estuvimos más de tres años en esto, que nunca, como tengo di– cho, los pudimos atraer (a los indios), sino que huían como sal– vajes de los frailes ... Mas por la gracia de Dios empecélos a co– nocer y entender sus condiciones y quilates y cómo me había de haber con ellos, y es que toda su adoración de ellos a sus dioses era cantar y bailar delante de ellos... y como yo vi esto y que todos sus cantares eran dedicados a sus dioses, compuse metros muy solemnes sobre la Ley de Dios y de la fe, y cómo Dios se hizo hombre... y también diles libreas para pintar en sus mantas para bailar con ellas, porque ansí se usaba entre ellos, conformes a los bailes y a los cantares, así se vestían de alegría 211
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz