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cos, la riquísima nomenclatura del culto idolátrico, de la fauna y de la flora de México... Anota, así mismo, los nuevos términos a los que va dando origen el proceso de aculturación que sufre la sociedad mexicana a partir de la conquista. La gran obra Una vez reunido y ordenado debidamente el material lexico– gráfico, fray Alonso de Malina se decide a publicar su obra cum– bre, su monumental Vocabulario en lengua castellana y mexicana, y mexicana y castellana. La primera parte viene a ser la editada en 1555, pero enriquecida con 4.000 nuevos vocablos. La segunda es completamente original. Contiene 24.000 vocablos nahuas. Lavo– luminosa obra se imprime en los talleres de Antonio de Espinosa. En México. Año 1571. Aunque no del todo completo, el Vocabulario de fray Alonso de Malina está considerado aún hoy, según su moderno editor Mi– guel León-Portilla, como "base y punto de partida indispensable de todos los estudios sobre lexicografía de la lengua náhuatl". Y aún tiene validez el alto elogio que de la obra hizo hace un siglo el lingüista francés Remi Simeon, quien la consideraba como "el úni– co libro de lexicografía verdaderamente importante que se ha hecho sobre la lengua de los antiguos mexicanos". Malina no trabajó sólo por amor a la cultura. Su condición de sacerdote evangelizador -"hombre religioso, de gran vida y doctri– na" le llamó fray Diego Salado de Estremera en 1573- era la se– creta fuerza que le movía al estudio del idioma de los indios. Es suya esta consideración: "Debrían los ministros de la fee y del evangelio trabajar con gran solicitud y diligencia de saber muy bien la lengua de los indios si pretenden hacerlos buenos cristia– nos. Para declararles los misterios de nuestra fe no basta saber la lengua como quiera, sino entender bien la propiedad de los voca– blos y maneras de hablar que tienen". Alonso de Molina publicó varias obras más: Arte de la lengua mexicana y castellana, Doctrina Christiana en lengua mexicana, Rosario o Psalterio de nuestra Señora, Vida de nuestro padre san Francisco... Y, como escribiera su amigo Chimalpahin Cuauhtle– huanitzin, "otros discursos divinos en náhuatl, que nosotros con– servamos, que nosotros leemos, aquí, nosotros los hombres de la Nueva España". El mismo cronista indígena, con su peculiar modo de narrar, anotó la fecha de la muerte de fray Alonso de Malina: 192

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