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Actitud evangélica Las cartas e informes que redactó y suscribió fray Martín de Valencia dejan entrever los rasgos fundamentales de su actitud ante el indígena. En primer lugar, en ningún momento ignora o menosprecia a los vencidos. Al contrario, en su carta al emperador del 18 de enero de 1533, lamenta "los estragos y heridas" que la guerra de conquista les ha causado, lo mismo que "el rencor y ene– mistad" que tan "cruel guerra" ha provocado en ellos. Condena así mismo "las carnicerías e vejaciones que en los naturales se ha– cían" durante la primera Audiencia de México, en especial "en el herrar y sacarlos de la tierra" como esclavos. Por eso -sigue infor– mando a Carlos V- "cuando vinieron las ordenanzas de V.M., de– cíamos entre nosotros que era venida la redención de la tierra". Estos sentimientos de compasión y de sincero amor por los vencidos conllevan en fray Martín una alta estima de sus cualida– des humanas. Cuando ciertos interesados propalan la especie de que los indios de Nueva España son incapaces de llevar vida civilizada, los franciscanos reaccionan con indignación y vuelven a enviar un largo informe al Emperador. Uno de los que suscriben la misiva es fray Martín de Valencia. No bastan los sentimientos, por más generosos que sean. Ni tampoco los informes, hablados o escritos. Martín de Valencia pre– fiere hechos y acciones. Hombre contemplativo, también sabe afrontar problemas hu– manos. Al año, más o menos, de su arribo a México, envía a Espa– ña a fray Juan Suárez y a otro de sus súbditos a fin de atajar las in– justicias que se cometen con los indios. En 1527, y con idéntica mi– sión, manda a la corte a fray Antonio de Ciudad Rodrigo. Poco des– pués, para defender a los nativos de las arbitrariedades de que eran víctimas por parte de la primera Audiencia de México, mete en la batalla al recién llegado obispo fray Juan de Zumárraga: "Y aunque él (Zumárraga) quisiera más estarse en su monaste– rio con sus hermanos, y nos lo rogó con harta instancia, hicí– mosle conciencia si no salía al campo y a la batalla, pues, V.M. le enviaba por capitán para nos animar y pelear con él"... No contento con estas medidas, fray Martín de Valencia se en– frenta con el presidente de la Audiencia para rebatir ciertas calum– nias levantadas contra los religiosos, en especial contra el obispo electo fray Juan de Zumárraga. Informa desde Tehuantepec el 18 de enero de 1533: 142 "El electo e yo fuimos a mostrar ciertas firmas e testimonios fal– sos, e no conocimos voluntad de los querer examinar, diciendo que estaban ocupados e que V.M. sabía que todo era falso e con
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