BCCCAP00000000000000000000764
Juan de Castellanos, el futuro prebendado de Tunja, en Cuba– gua sólo fue "soldado pobre y rodelero", pero cantó a la isla y lloró su trágico fin en sus célebres Elegías. Gracias a estos viejos cronistas y a los historiadores y arqueó– logos que después han hurgado en archivos y ruinas, conocemos hoy al detalle la apasionante experiencia sociológica de Cubagua. El año 1526, Nueva Cádiz fue oficialmente declarada ciudad y pronto sus calles y plazas se orlaron de sólidos edificios de mampos– tería, de arcos de piedra labrada, escudos nobiliarios, talleres de fun– dición e iglesias finamente decoradas. Fue una ciudad-relámpago que, al impulso de una especie de embriaguez mercantil, en menos de veinte años llegó al cénit de la prosperidad, para luego, de la noche a la mañana, quedar redu– cida al silencio y a la desolación. Podríamos compararla con un barco que, saqueado con incontenible furor por sus propios tripu– lantes y pasajeros, se hunde con todos sus tesoros y depredadores. En efecto, los habitantes de Cubagua, armados, al parecer, de buenas agallas y desprovistos de molestos escrúpulos de conciencia, amasaron rápidamente ingentes fortunas; pero, ofuscados por el pá– lido brillo del aljófar, explotaron con tan poco control los place– res perlíferos de la isla, que los agotaron por completo. "Los mer- Pesca de perlas en Cubagua. Grabado del siglo XVI. 101
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz