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De nuevo vino la zancadilla por medio de los Franciscanos Descalzos alegando la falta de :;iermiso del Consejo de Castilla, al poco tiempo de la toma de posesión concretamente el 3 de septiem– bre de 1727. Mas tarde recurrieron al Nuncio, pero éste dio la razón a los Capuchinos en agosto de ~ 728, quedando zanjada la contien– da. La primera piedra se pone el 22 de mayo de 1729. El convento se dedicó a San Luís, ::::>bispo de Tortosa. La ermita de la Soledad, anterior a todo, quedé formando parte de la nueva iglesia de los Capuchinos. Convento e iglesia que fueron construyéndose lenta– mente porque las limosnas no abundaron tanto como se esperaba y porque los herederos d:: D. Blas García Pulgar se opusieron a dar la herencia para la construccié-n del convento, aunque al fin la tuvieron que ceder, a la sentencia del pleito, que se ganó el 3 de agosto de_ 1739. El convento se erigió por fi::1 el 31 de octubre de 1743. Y es el 29 de septiembre de 1747 cuando es trasladado el Santísimo a la nueva iglesia, gesto este que entre los capuchinos indicaba el comienzo formal y efectivo de s-.1 presencia en la nueva residencia. Y ello a pesar de que en 1'752 se seguía haciendo obras en el convento, indicando que no se había rematado, claro. El convento era de líneas sencillas, pero grande, lo mismo que la iglesia. Esta, aparte de la capilla de la Soledad, constaba de la capilla del Santísimo, que tenia Hermandad propia y, a cuenta de ésta, se levan– tó dicha capilla, después de l 75~. Desde el primer m::>mento se estableció en el convento la Orden Franciscana Seglar, que disponía de salón y capilla propia. La Iglesia, después de sufrir bastantes transformaciones, se convirtió en iglesia parroquial, a part~r de 1836, año de la exclaustración. A principios del siglo XIX, ~on la llegada de las tropas france– sas a aquella zona, los Capuchinos fueron desalojados del convento, pero se sabe que, a partir de 1803 , vuelven a él. En fecha del 19 de marzo de 1809 en el convento había diez frailes. Antes de junio de por Elías Martín