BCCCAP00000000000000000000762

Había vuelto el fraile capuchino, y habíase ya marchado con la limosna y aún Celestino no llegaba. A través de los montes había escondido el astro rey su fúlgida faz y D. José con su esposa e hijo no aparecían. Ciertas nubecillas, que separadas unas de otras flotaban en los espacios poco ha hermosas y atrayentes, cual si fueran bañadas en oro, habíanse ya reunido y puestas cenicientas y pálidas como si las amedrantara la lóbrega noche que con paso lento se acercaba y... ni a Dña. Consuelo, ni a D. José ni a Celestino se les veía venir. Ángel nervioso e impaciente, y ya cansado de tanto ir y volver a los balcones y puertas quedando siempre burlado, se puso a tocar una sinfonía de Beethoven; mas como las ansias de su corazón no se calmaran, cerró el método de golpe, luego hizo vibrar triste y melancólicamente al piano, y comenzó a cantar en el mismo tono aquella canción popular. "El día ya se marcha y el sol también se va la sombra de mi alma... (2) ¿ Cuándo se marchará?. -75-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz